miércoles, 27 de noviembre de 2019

JARDÍN DE INVIERNO, de Monika Zgustová


                                                 Por María Mérida Benítez
           
 Nacida en Praga el 22 de mayo del 1957 y educada en Estados Unidos. Desde mediados de los años 80 reside en Barcelona, ha hecho numerosas traducciones del checo y del ruso. Recibió el premio ciudad de Barcelona y el de las letras catalanas. Entre sus obras está “ La mujer silenciosa” que fue finalista del premio nacional de narrativa.
                 SINOPSIS
            La novela está ambientada en Praga y abarca dos revoluciones o revueltas: desde la Primavera de Praga de 1968 hasta la Revolución de Terciopelo en 1989, cuando se implantó un sistema democrático, que sigue en la actualidad.
            Monika Zgustova, como otros escritores de su época, nos habla de personajes que pertenecen a la burguesía del régimen anterior y que conservan algunos modos de vida y costumbres.
            El personaje principal es la narradora de la historia, una chica llamada Eva, una mujer culta y  anticomunista. Se cría y vive durante toda su vida con su abuela, ya que sus padres se han exiliado, aunque la autora apenas los menciona.
            Por influencia de su amigo Milan el comunista, Eva no consigue entrar en la universidad y su vida se limita a ser empleada de correos.
          Tras La primavera de Praga, cuando empieza el régimen comunista en todo su esplendor son prohibidos los libros de filosofía y Eva acaba vendiendo libros de segunda mano en una pequeña librería clandestina, que se convierte en su templo, su “Jardín de Invierno”.
            Un tercer personaje también amigo de Eva es Karel,  que empieza viviendo con su abuela, ya que su padre murió en un campo de trabajo, aunque pronto se exilia a París. Durante todo el libro mantiene un amor platónico con Eva, con quien mantiene correspondencia.
          Eva mantiene una relación extraña con su amigo Milan, hasta que sin dejarlo muy claro tiene una hija con él, motivo por el cual se encuentra atada a este personaje siniestro durante toda su vida. 
       Tras el cambio de sistema, de comunismo a capitalismo, Milan sigue teniendo los mismos privilegios que tenía en el partido comunista, y Eva deja la librería y se vuelve a trabajar a Correos. Eva planifica un viaje a París con Milan y su hija, para visitar a Karel, pero se obsesiona con no poder costearse un vestido caro, hasta que llega a robar en la oficina de correos. 
         Cuando Milan finalmente viaja a París sin Eva y se entrevista con Karel presume con el exiliado de cómo domina a su novia. Tras comentarle que la hija de Eva es suya, el exiliado se lamenta de su situación, con estas palabras “Usted lo imagina con demasiado romanticismo, como si se tratara de salir de casa en busca de oro y tras años de prodigiosas aventuras regresara con un saco lleno de monedas: No, el exilio es interminable, un fatigoso viaje a lo desconocido y a través de lo desconocido que se lleva a cabo en soledad y del que no hay regreso”.
        Eva termina su vida más o menos como empieza, detestando a Milan su novio y amante que le aporta lo material y en cierto modo protección.
       Y Karel, el añorado y idealizado representa en amor espiritual y platónico es el aporte cultural que ella tanto necesita.
            ANÁLISIS
        El libro nos hace una descripción de Praga, sus calles y monumentos, de su vida cultural antes del 48, contrastando sus muchas libertades con la entrada del comunismo, en la que hubo una gran represión, describiéndonos cómo la policía le hace a los disidentes continuas visitas, incluso con detenciones y torturas.
         Los tres personajes representan  tres estatus dentro del sistema:
                Eva, mujer culta y anticomunista,
               Milan, joven ambicioso y comunista.
               Karel, joven músico, culto e idealista.
        Se conocen en el instituto y sus vidas transcurren por distintos caminos, influyendo en ellas la limitaciones de un régimen totalitario, la ética familiar y la educación recibida.
         Tras el cambio de régimen del comunismo a democracia, los que tenían privilegios se adaptaron a las nuevas circunstancias y siguieron teniéndolos. Los disidentes siguieron llevando la vida mísera que llevaban a pesar de simpatizar con el nuevo régimen. En cierto modo continúan siendo inadaptados a los nuevos tiempos. Se ve en este ejemplo: En una fiesta Eva se reencuentra con un poeta, antiguo cliente de la librería, lo reconoce por su vestimenta anticuada; es como si perteneciera a otra época y otro lugar.
         Además con el choque del capitalismo Eva ve que su ciudad ya no le pertenece. El cambio al capitalismo y su sometimiento al mercado de consumo influye en ellos hasta el punto que vemos en el episodio del robo en correos.
           Nos habla del alcoholismo de Milan que fue una realidad que se dio en  los países comunistas. En la actualidad la República Checa ocupa en segundo lugar de Europa en consumo de alcohol.
           A Eva nos la muestra como una mujer liberada sexualmente. Al ser un país laico no tienen el sentido de culpa ni la represión sexual que impone la religión. El ser madre soltera a nivel moral no parecía ser un problema, solo los que te ponía el régimen que a la primera de cambio te quitaba el hijo, si eras disidente o si carecías de medios económicos para mantenerlo.
           Cuaáto me gustaría que nosotros como lectores y mayores que somos, a la hora de analizar un libro tuviéramos la misma vara de medir para hombres y para mujeres, a Eva a ser madre soltera y al no tener medios económicos tendríamos que ser más condescendientes con ella.
        Para mí lo más importante es cómo nos muestra  los tres estamentos del sistema. El que representa al sistema, Milan comunista y abusando del poder. El pueblo que esta representado por Eva la disidente y represaliada. El exiliado que todo sistema dictatorial tiene que esta representado por Karel.       

miércoles, 16 de octubre de 2019

“ El corazón de Ulises”, de Javier Reverte

                                                          Por María Mérida Benítez
  
Javier Reverte: Madrid, 1944 es periodista y escritor, escribe ensayo, novela, poesía y literatura de viajes.
Algunas de sus obras: “Canta Irlanda” “El sueño de África” “El río de la luz” “Vagabundo en África “ y muchos más.
               

            El Corazón de Ulises:

Es un libro de viajes donde el autor nos cuenta sus experiencias por Grecia, Turquía y Egipto. Siguiendo las aventuras de Ulises y de algunas batallas entre griegos y persas, te va contando de forma muy amena la historia, mitología, geografía, filosofía e idiosincrasia de estos pueblos.

Deja muy clara su admiración por la cultura griega, dando por hecho que sin los griegos no hubieran sido puestas las bases de la democracia con Pericles, de la filosofía con Sócrates, Platón y Aristóteles, de su teatro con Esquilo, Sófocles y Eurípides.

Y sin las batallas y vida de Alejandro el mundo occidental no sería lo que es hoy día. Alejandro, con la fusión de los pueblos conquistados, quizás para el autor fue el preludio de la globalización.

Una parte que hay que resaltar es el momento en que nos habla de los sofistas, que parece que nos describe la política actual a nivel mundial. En la antigua Grecia Sócrates, Platón y Aristóteles combatieron al sofismo, Sócrates incluso con su vida. Esperamos que surjan personajes parecidos que nos libren de la situación actual.

       El libro acaba en Alejandría, donde nos cuenta una breve historia de esta ciudad, su época de esplendor y decadencia, la llegada de distintos pueblos y la mezcla de civilizaciones. Nos habla del Mauseion, como lo más grandioso en cultura y conocimiento de la época. A partir del S. IV, con la ascensión del cristianismo fue destruida, y lo que quedaba lo destruyeron los árabes en el 641 d. C. cuando conquistaron Alejandría. Vuelve a ser por lo menos una ciudad próspera a partir de 1801, con la mezcla de razas y culturas, para volver a decaer de nuevo tras la independencia de Egipto con Naser.

     Para concluir, para mí ha desmitificado la mitología, ya que nos presenta unos dioses vengativos y crueles, unos filósofos como Platón con una ideas muy represivas y según el autor, su libro la República sería muy del agrado de los nazis y unos gobernantes muy guerreros y imperialistas.

Queda muy bien parado el pueblo griego, que acaba el libro con estas frases:
“El hombre griego intentó integrar los saberes y organizar el caos. La gran hazaña de los griegos fue cincelar el alma del hombre libre, por eso todos somos griegos su principal tarea fue exigirse y exigirnos que todo se lograrse en el curso de la vida, el amor, la dignidad, el honor, saber, la alegría y la cordura. Así nos enseñaron a vivir la vida, nada menos.”
Mi agradecimiento a la persona que eligió este libro por todo lo que aprendí de él y rememoré mis viajes por estos países.   
                   María Mérida

(NOTA: Esta reseña es fruto de la CITA A CIEGAS que celebramos en el club de lectura)



jueves, 26 de septiembre de 2019

BAJAD LA VOZ, de Asunción Cabello




El viernes 20 de septiembre hemos tenido la” rentrée”, después del parón de agosto, del Club de lectura. Lo hemos hecho con un encuentro con autor. Hemos vuelto, utilizando un lenguaje de cine, “con uno de los nuestros”. Aunque en nuestro caso sea una: Asunción Cabello, compañera de lecturas y comentarios en el ámbito de club de lectura y escritora en todos los ámbitos. Comentamos, mejor dicho, preguntamos y ella comentó, su libro de relatos Bajad la voz.
Fue una sesión totalmente abierta, como corresponde a aquellas sesiones en las que está el autor o autora. Pasamos un rato muy agradable y, al menos para mí, instructivo. Asunción habló en profundidad, y con la pasión que la caracteriza, sobre el proceso creativo de sus textos. Y se detuvo especialmente en el detalle y desarrollo de aquellos relatos concretos por los que fue preguntada, que lógicamente no pudieron ser todos. Estamos ante cuarenta y una criaturas literarias, cada una con vida propia. Aquí voy a hacer una pequeña digresión defensiva sobre los relatos en la literatura actual.
En nuestros lares el relato, como se llama ahora a todo lo que no es novela, está bastante desprestigiado. Esto creo que se debe a que se ha convertido en un cajón de sastre literario donde parece caber todo.
Respeto profundamente la iniciación en la senda creativa de cualquier persona, y está bien que se aliente la vena artística del personal. Lo que digo es que con tanto libro de relatos cuesta mucho distinguir el grano de la paja. A quienes hemos disfrutado, y seguimos haciéndolo, con un buen Cortazar, A. Bierce, O. Henry, Chejov, Quiroga, Moratín, Merino, etcétera, etcétera y etcétera, no nos gusta mucho que tengamos quebraderos de cabeza para buscar, entre lo que se publica actualmente,  una buena obra literaria con  textos de poca extensión.
Esta perorata, si se quiere, en defensa del relato  viene a cuento, nunca mejor traído, porque en el caso de la obra que nos ocupa, Bajad la voz, sí estamos ante una buena obra literaria que, con tanta paja como hay en el horizonte lector, puede pasar desapercibida. Os la detallo un poco.

La obra:
En cuanto al contenido, son cuarenta y un relatos, sin ningún tipo de conexión entre ellos; salvo el nombre de Raquel, alter ego infantil de la autora, en los textos que este personaje protagoniza. La extensión va desde una página, a otros que son casi una novela corta. El tiempo y el espacio narrativo transcurren desde la postguerra, en la que está ambientado alguno, hasta nuestra digital actualidad. Del argumento, os hablaré un poco en general, pero de ninguno en particular. No hay nada que se destripe antes que una historia corta, especialmente las que se centran en un solo hecho.
Lo que sí puedo decir, a futuros posibles lectores, es que  no hay relato sin contenido; recordad, son cuarenta y uno. Respecto a los asuntos tratados, todos transcurren en la cotidianidad. Aunque no es el hecho cotidiano normalito lo que se nos cuenta; supongo que eso no merecería ni ser narrado ni leído. La autora ha optado, sin amedrentarse ante ningún tema, por mostrarnos, en la mayoría de sus narraciones, el otro lado. En algunos casos, simplemente lo opuesto al tópico; en otros,  lo más sórdido escondido en la “normalidad” y, por último,  lo más oscuro al fondo, muy al fondo, del otro lado de lo normal; allí donde no debería estar nunca ninguna persona.  No hay límites: la maternidad como agobio, el amor como equívoco y como desgracia, el estupor y el asco infantil ante sordideces de los adultos; la familia, ah, la familia, como cárcel de competencias, obligaciones angustiosas, vejaciones, abusos, ausencia del cariño que no llega. La familia, lo mejor, pero también, para algunos, como nos muestra con dureza y valentía Asunción, lo peor. No quiero terminar la reseña sin decir que desde ese otro lado también se nos cuentan sorpresas positivas, por ejemplo la paternidad como sentimiento total.  Hecho, normalmente, no atribuido al hombre.
Por todo eso, y más, pasen y lean, Bajad la voz, les puede zarandear un poco, pero no muerde. Gracias Asunción.

viernes, 23 de agosto de 2019

"EL ORDEN DEL DÍA", de Éric Vuillard. Premio Goncourt 2017


      
      Por Pepe de la Torre





     En el asilo de Ballaigues,   Louis Soutter dibujaba con los dedos en un mantel de papel una de sus oscuras danzas, monigotes en el horizonte del mundo donde rueda un sol negro. Era la época en la que se decide el destino de Europa.

           El 23 de febrero de 1933 veinticuatro sombras entran en el parlamento alemán. El mes siguiente, Hitler gana las elecciones. En aquel cónclave se selló la alianza de la gran industria alemana.
      
     En noviembre de 1937 Halifax, lord presidente del Consejo Británico,  acepta una invitación de Göring a visitar Alemania,  y sella la llamada política de apaciguamiento.
    
      El 12 de febrero de 1938 el canciller austríaco Schuschnigg  es reclamado en el Nido del Águila. Tras una ficticia negociación firma el acatamiento de los planes  de Hitler sobre Austria…      

    “Una lección de literatura, de historia y de moral política” que mereció el premio Goncourt 2017.



viernes, 16 de agosto de 2019

LOS AVENTUREROS DEL ABSOLUTO, de Tzvetan Todorov


      
      En el correo de la Biblioteca Cristóbal Cuevas hemos recibido el siguiente comentario del Lector JOSÉ LUIS HEREDIA CASTILLA

     
     

     He comenzado la lectura de “Los aventureros del absoluto” y he sentido ya una sensación de plenitud que proporciona una buena lectura.
    
     Me ha venido a la memoria otro título que tienes en la biblioteca, que para mí es como  una advertencia que tal vez no pueda tener en cuenta mientras leo a Todorov. Me refiero a la biografía de Lawrence de Arabia que escribió  André Malraux, “El demonio del absoluto”.
    
    [ “En algún lugar existe un Absoluto, es lo único que cuenta, y no acierto a encontrarlo” decía el  biografiado T.E. Lawrence, arquetipo de intelectual aventurero]

     Considera Todorov que, sin ser siempre conscientes de ello, nos anima una configuración ideal que nos incita a la plenitud, a una realización interior y a una superior calidad de vida.

     “La religión ha dejado de ofrecer el marco obligatorio”, dice Todorov…  Y se propone en este libro reflexionar en torno al relato de las vidas de tres escritores: Oscar Wilde, Rainer María Rilke y Marina Tsvietáieva, a quienes considera exploradores de los extremo. “Su experiencia, sin parecerse a la del común de los mortales, resulta esclarecedora para todos”.

     Nuestros estados carenciales son  impedimentos para alcanzar la plenitud, y nos duele el abismo que separa lo que queremos ser de lo que somos.  .

    Dos buenas sugerencias para los que en las largas tardes de agosto disfrutamos de densas y calenturientas lecturas




lunes, 5 de agosto de 2019

TODA UNA VIDA, de Robert Seethaler.

    

                                  Por Gema García Rodríguez





   En la novela “TODA UNA VIDA “, el escritor ROBERT SEETHALER nos relata la triste y conmovedora vida de ANDREAS EGGER, una vida marcada por la desgracia desde su comienzo (abandono de su madre, maltrato de su tío, pérdida de su único amor, soledad… ).
       Un narrador nos cuenta la vida y pensamientos de Andreas ( él no podría hacerlo así ya que es un
hombre falto de instrucción que apenas aprendió a leer y con pocas habilidades para la comunicación…) pero no interpreta ni nos da su opinión.
     Andreas es un hombre sencillo, reservado, rudo, sobrio, solitario y poco comunicativo que va encajando con resignación a lo largo de su existencia los golpes de un destino duro, despiadado e implacable. Aunque a veces nos parece frágil él acepta sus pérdidas, trabaja sin parar aún con su limitación física y va saliendo adelante, sobrevive. Parece aceptar su vida, no se revela. Observa los avances y cambios que van llegando poco a poco con “el mundo moderno” a su entorno pero él no se adapta a ellos. Nos da la sensación de que a veces no comprende lo que le rodea o quizás, prefiere seguir en su aislamiento.
       Vive solo con lo que para él es necesario y disfruta a su manera de las pocas cosas que posee sobre todo de la naturaleza que le rodea, de la que es un experto conocedor, ya que casi toda su vida ha transcurrido en contacto constante con ella.
        La naturaleza ( las montañas ) es su muro de contención, su refugio ante los duros avatares de su vida, una vida en soledad… Vemos la naturaleza como contexto y a la vez casi como un personaje más de la novela. Ella le comprende, le acoge… Egger siente que forma parte de ella.
        Este relato nos hace reflexionar sobre:
- La soledad, el abandono, el maltrato, las pérdidas, el paso del tiempo…
- La vida en contacto con la naturaleza.
- El salir adelante y no dejarse abatir por los golpes de la vida.
- La importancia del estar integrados en el mundo que nos rodea.
- La sociedad de consumo excesivo en la que vivimos y otras formas de disfrutar la vida con
menos cosas materiales…
- La destrucción de la naturaleza.
       Una novela corta, profunda, emotiva, sin tramas secundarias; que cuenta de forma sencilla y con un estilo natural y fluido la dureza de la vida de Andreas; nos transmite emociones intensas y nos hace empatizar y sufrir con él ( tristeza, soledad, impotencia, angustia, miedo, desamparo…y alguna vez su alegría). Es una historia que nos conmueve y a veces nos impacta y que no nos deja indiferentes.

jueves, 11 de julio de 2019

FINAL FELIZ, Una novela de Isaac Rosa



Por Pepe de la Torre
  
     En estos tiempos líquidos y volubles me ha sorprendido esta historia de amor sin complejos. Isaac Rosa nos desvela su investigación arqueológica de una relación emocional  fracasada, de la misma forma en que un psicoterapeuta analítico deshoja  los conflictos de sus pacientes a modo de capas de cebolla.

     Con un planteamiento narrativo original, en el tiempo de descuento de una relación, el relato se va remontando en  la historia compartida de una pareja, con el rigor desesperante de una  moviola a cámara lenta, hasta llegar al final feliz de aquel primer beso,  “ la piedra sobre la que se levantará la torre del deseo”,   y a la primera promesa (siempre demasiado voluntariosa) de envejecer juntos y ser “notarios de la obsolescencia” mutua.

     Una historia más en el contexto de la crisis económica y de los fenómenos sociales de la última década, y que en forma alternativa nos presenta la evolución dispar de los dos protagonistas con un logos inagotable. Antonio  continuamente apelando a hacer un “ejercicio de realismo” frente a las circunstancias adversas, y Ángela resistiéndose a que el amor tenga que ser la víctima propiciatoria en los tiempos de precariedad,  y reivindicándolo como único refugio frente a la incertidumbre.


     Es una novela que, pese a mis prejuicios iniciales, ha llegado a conmoverme, sobretodo porque  me ha hecho solidarizarme con las dos caras de la tragedia,  sin necesidad de tener que tomar partido 


jueves, 27 de junio de 2019

Manuel Vilas: Ordesa



                                                Por Pepe de la Torre


     Aparece este párrafo justo en la mitad del libro:
     - “¿Es verdad que me quisisteis o me lo estoy inventando?. Si me invento vuestro amor, es hermoso. Si fue real, también. Porque para traer ese amor de entre las sombras tengo que irme de viaje. El viaje más lento del mundo, y el más prodigioso.”

     ¿Qué es esta declaración? Es una carta de amor a unos padres, a pesar de todo. Para el que escribe esta crónica este es el empeño ineludible del autor de la  autobiografía novelada que hemos leído en el club de lectura,  elogiada y censurada por sus miembros al cincuenta por ciento.

     Como decía recientemente Antonio Orejudo en una visita a este club, la tragedia en la novela actual no se sustenta en el personaje literario, sino en el propio autor que se desnuda y se muestra descarnado. Yo diría que ese desnudo en este caso resulta casi pornográfico.


     Vemos en esta obra una fotografía de una familia común de una ciudad de provincias. Presenta un retrato costumbrista de dos épocas: la España a partir de los años setenta que corresponde a la infancia del autor,  reconstruida cincuenta años después apelando a sus recuerdos pero sobre todo condicionado por una crisis personal.

     Asistimos a la autorrestauración de un personaje desmoronado (“en amarillo”, según los propios términos del autor-protagonista) por una sucesión de circunstancias personales (muerte de su madre, divorcio, alcoholismo..).  Y lo hace a partir de los cimientos de su pasado original invocando a sus fantasmas, solo a los muertos, ya que al lector le extraña la ausencia de los personajes que aún permanecen vivos y que se suponen en la escena.  El escritor se autoimpone sinceridad, evitar todo tipo de impostura, y quizás por ello evita la posibilidad de réplica de los aludidos que aún tienen posibilidad de hacerlo.

     Es un libro nacido, según se deduce de las palabras del autor,  con la pretensión de reencontrar desde el vacío un sentido a la vida, que no es otro que el de la reconciliación con lo que has sido y la proyección a partir de lo que eres. Una terapia que en su proyecto inicial pudo ser un ejercicio íntimo,  pero que alguien  le animó a depurarlo y hacerlo público. El autor se arriesgó y quizás le pese. Podría haber optado por un producto literario menos personal utilizando la misma materia prima.

     A muchos nos cuesta leer esta novela porque nos duelen escenas en las que nos reconocemos. Aquella generación de nuestros padres que se sentía liberada y esperanzada, con perspectivas de futuro, y que se aferraba a ciertos signos representativos de modernismo: Forma de vestir, coche, tabaco rubio, televisión, laicidad, ciertos hábitos transgresores para la época… Perspectivas que transmitían a sus hijos, pero a la vez  acompañadas de residuos de épocas anteriores: El peso de la culpa, el velo a las emociones, la sublimación de los deseos… Nos recuerda  los delirios de progreso de una generación de una época expectante,  y la frustración de quienes pertenecían a  las mayorías que finalmente fracasaban. Cada cual ha vivido sus experiencias, más o menos agridulces, y ha sobrevivido como resiliente empedernido.  Muchos de aquella generación se quedaron en el camino porque no supieron reedificar su laberinto.    


     Manuel Vilas ya era un escritor reconocido. Se le encuadra en la llamada generación nocilla que aportó cierta frescura literaria por su temática emocional a la vez que por su erudición y tratamiento del lenguaje. Tiene una amplia obra de poesía, novela y ensayo y ha sabido aplicar su oficio a estas memorias, con buena literatura y buena dosis de ironía.  Ha reconstruido su propio relato, a veces con demasiados todos grises, pero da la impresión de que en términos generales fuerza la realidad por autoprescripción curativa. Lo importante, al final, es que nos ha proporcionado a este club una buena experiencia de lectura.

lunes, 24 de junio de 2019

¡Literatura fantástica y mucho más!




Si te gusta la literatura fantástica, ¡este es tu sitio!

En la Biblioteca Cristóbal Cuevas podrás disfrutar de una amplia variedad de títulos como estos de abajo. Si te gusta alguno, aquí puedes encontrarlos. ¡Te esperamos!





miércoles, 5 de junio de 2019

X Aniversario Biblioteca Cristóbal Cuevas

Con el motivo del décimo aniversario de nuestra biblioteca nos gustaría rendir homenaje a todos nuestros colaboradores, muy especialmente a D. Mariano Calderón Domínguez, con este cuadernillo en el que hay una breve recopilación de sus aportaciones a este blog.


jueves, 9 de mayo de 2019

PROFESIÓN


UN HOMENAJE AL X ANIVERSARIO DE LA BIBLIOTECA CRISTÓBAL CUEVAS                 
                        Por Esperanza Liñán Gálvez  


          



      
A veces dudo de mi existencia, porque soy silenciosa y callada hasta la mudez. Me agazapo ensimismada en algún rincón cuando no es importante mi presencia. Me gusta respetar la elocuencia de los silencios. Esa soledad, lejos de ser tan triste como muchos creen, es el tiempo de vivir hacia dentro para que, tras la metamorfosis,                                           pueda surgir con aires renovados.

        
     Soy dual, lo reconozco, porque en otras ocasiones abuso de la incontinencia y puedo llegar a confundir realidades.


        
     
     Convivo feliz con una multitud o con un solo individuo. Como ciudadana del mundo viajo sin detenerme en fronteras. Me mimetizo en cada país y con distintos pueblos, renombrándome una y mil veces.
      

     Siento pasión por los enamorados, por sus promesas de amor acompañadas de besos y caricias. Soy cómplice de esos sentimientos en un tiempo leales, que se tornan en ausencias y lágrimas cuando los invade el desamor. Aun así, merece la pena formar parte de esos momentos.
       

    Apasionada o distante. Tímida o atrevida. Cobarde o valiente. Joven o adulta. Orgullosa o humilde. Me es indiferente cómo llegar a quienes me reclaman, solo pido estar viva.
         

     Escrita o hablada, soy afortunada por ejercer la profesión de ser palabra.



jueves, 2 de mayo de 2019

ENCUENTROS CON EL AUTOR. GRANDES EXITOS de Antonio Orejudo



Por Juan Tébar Valenciano


Argumento.
            El libro es un compendio de historias, algunas autobiográficas y otras relacionadas con su mundo, que van vistiendo la vida que el autor quiere mostrarnos sobre sí mismo o  sobre otras personas de su entorno, cuyas anécdotas se las auto-atribuye.
            Entre ellas destacaríamos las siguientes:
            La de un profesor de Física, que entabla relación con una profesora holandesa, y se siente atraído por ella, sin atreverse a dar el primer paso. Y cuando en la noche, pasea por el barrio rojo, ve a la joven en uno de sus habitáculos.
            Otra historia es la del muchacho que se prenda de una chica, le escribe el teléfono en un autobús, y ella no siente amor, sino miedo.
            Ya, refiriéndose a sí mismo, nos habla de que terminó yendo a trabajar a EEUU y también, de las dos novelas que marcaron su vida: El Quijote y El libro del Buen Amor. Nunca terminó de adaptarse a la sociedad americana. Tuvo problemas con una alumna de color, a la que suspendió y ésta le acusó de racista. Y lo sorprendente, es que los demás profesores la creyeron.
            Nos cuenta también, lo difícil que es conseguir premios literarios si no tienes padrinos, y así mismo, nos narra los exámenes para acceder a un puesto de trabajo en una universidad americana, donde el candidato está respaldado por el entorno local que lo rodea.
            Cuenta, con qué facilidad, el sistema capitalista acoge a algunas personas, las apadrina, y cuando no les conviene, las deja caer. Es la historia del hijo de un portero, que se codeó con grandes escritores, y cuando les resultó incómodo terminaron olvidándolo y él trabajando, como su padre, y oyendo la radio.
            Con estas y otras reflexiones (como que las religiones mezclan cuentecillos folklóricos y los confunden con la Historia), y va desgranando relato de un enorme interés para el lector.

Encuentro con el autor.
            Daremos algunas pinceladas de lo que nos contó Antonio Orejudo.
            1ª.- El libro fue un compendio de historias deslavazadas, algunas publicadas en revistas y otras inéditas, a las que fue dando vida y se las atribuyó o no, según las iba escribiendo.
            2ª.-  Que un escritor tiene que enganchar al lector y “obligarle” a que lo siga con interés, ambos -uno escribiendo y otro leyendo- cada uno en su mundo.
            3ª Que en cualquier historia, hay muchas caras y el autor elige la que  considera más idónea y no tiene por qué ser una verdad absoluta. Ni tan siquiera estar lejos de la realidad.
            4ª.- Que aunque al principio, la novela Grandes Éxitos no le entusiasmó, (porque la veía como que le faltaba “vida”), conforme la fue escribiendo, se enganchó a ella y al final está muy contento del resultado obtenido.
            5ª.- Y por último, decir que su exposición resultó muy atractiva para los asistentes, que no dejaban de formularle continuas preguntas, demostrando así el interés que el autor y su obra habían despertado en todos nosotros. 

viernes, 12 de abril de 2019

Vida, estética y arte



              Por José L. Heredia Castilla


 "La belleza es un estado de ánimo"  

Émile Zola



 • ORIGEN DE LA ESTÉTICA Y DEL ARTE 
     Mientras se puede considerar que algunos organismos son sensibles a los estímulos estéticos de su propia especie y de lo que le incumbe de su entorno, el ser humano es sensible no solo a una parcela propia y reducida sino que lo es a las cualidades estéticas de cualquier otra especie y de todo lo existente. Parecemos hiperperceptores de cualidades estéticas. 
     De una forma general hay formas, colores, olores o sonidos -también tactos- que percibimos y procesamos. Coexisten, en el conjunto de lo perceptible, fenómenos con cualidades generales y neutras y otros que actúan como estímulos estéticos activos. Entre los primeros estarían por ejemplo los astros cuyos aspectos ni han surgido ni han evolucionado para gustar, aunque lo hagan, y entre los segundos está la cola del pavo real que sí evolucionó para ser decisiva en la elección de pareja de las pavas y de paso a nosotros también nos puede gustar y dejarnos asombrados. 
     Si hacemos una prospección de las bases de lo estético sabemos que hay una modificación en las características de los organismos debido a la sexualidad. En ese terreno los seres han desarrollado una apariencia que atrae fuertemente y estimula la capacidad receptiva del otro de la misma especie. En este sentido ya se ha mencionado el caso claro del pavo real y podemos mencionar también aquí otros ejemplos como el de las flores con sus formas, texturas, colores y olores o el propio atractivo de los cuerpos y los seductores comportamientos y formas de ser de nuestra especie. Asimismo se pueden intuir otros factores que han podido servir de base a nuestra formación estética, como la relación estrecha con el hábitat, lo relacionado con los afectos o lo relativo a la alimentación.¹ 
     Nos fijamos en algo y ello posibilita la experiencia estética. El objeto que nos atrae o que apreciamos abarcaría tantos intereses y necesidades como tengamos, yendo desde lo que simplemente llama algo nuestra atención hasta lo que pertenece a una esfera vital. Realmente somos unos seres capaces de apreciar la estética de todo lo que nos rodea, contemplando tanto lo que tiene alguna intención de gustar como lo que se muestra indiferente. Y entre lo que nos puede gustar y disgustar está lo originado por la naturaleza sin intervención humana o lo que tiene participación de esta última. Sorprende comprobar cuánto hay tocado por la mano humana en nuestras vidas. Y tocado por la mano humana quiere decir en muchísimos casos «diseñado» o hecho para ser práctico y gustar.
     Así podemos deducir que lo que tuvo su inicio siendo parte de aspectos biológicos básicos amplió su campo de influencia multiplicando los objetos capaces de seducirnos debido a nuestra inteligencia y sensibilidad en tanto crecía nuestra faceta cultural como especie, habiendo tenido esto su origen en algún «momento evolutivo» de la prehistoria y desarrollándose hasta la actualidad. Este fenómeno conlleva, además de la apreciación y valoración de múltiples y disimiles cosas, la selección y creación de elementos con contenido estético dotados de cualidades visuales, táctiles, relacionadas con el gusto, los olores y los sonidos; y con posibilidades narrativas, expresivas, etc. Todo lo cual llevaría implícito el nacimiento del arte cuando de entre las artes generadas y de entre sus obras se contemplaran y se tuvieran a algunas de ellas (obras y artes) como poseedoras de valores especiales.

 • UNA CONDICIÓN PARA LA APRECIACIÓN ESTÉTICA ES NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO 
     Generalmente con un buen estado de ánimo se perciben con gusto los rasgos definitorios de las cosas. Posibilitando un modo de ver que puede estar en la linea de lo observado por Marco Aurelio, que tiene en cuenta la complementariedad de los aspectos de la realidad en su conjunto: 
     El pan al cocerse se agrieta en ciertas partes. Pues bien, esas grietas se forman de tal modo que nada tiene que ver con el arte del panadero, pero en cierto sentido son un gran acierto y sobre todo estimulan en gran manera el deseo del alimento. Del mismo modo los higos, cuando están muy maduros, se abren. Por otra parte, contemplamos las aceitunas que han alcanzado la madurez total: precisamente ese aspecto tan cercano a la podredumbre añade al fruto una belleza especial. También las espigas cuando se inclinan hacia la tierra; la fiera expresión de los leones; la espuma que fluye de la boca de los jabalíes e innumerables ejemplos que, si se consideran en sí mismos, están muy alejados de la belleza, pero que en cualquier caso, por el hecho de perseguir un orden natural, añaden a este adorno y deleite. Sucede, pues, que si alguien tiene sensibilidad e inteligencia suficientemente profunda para captar lo que sucede en el conjunto, casi nada le parecerá, incluso entre las cosas que acontecen por efectos secundarios, no comportar algún encanto singular.² 
    Continuando con el repaso iniciado podríamos señalar que un estado de ánimo predominantemente eufórico (manía en su versión patológica) nos dará una visión distorsionada en la que el ego tiene una prevalencia exagerada; asimismo un estado triste (depresivo en su grado patológico) aportará una visión apagada y desmotivada. En esos estados depresivos los rasgos definitorios de las cosas parecen rehuirnos y no se alcanza satisfacción en la mirada.³ Los estados de ánimo, parece pues, condicionan nuestra vivencia de nosotros mismos y de lo que nos circunda siendo decisivos para nuestras impresiones estéticas. 
     Ilustraremos con dos ejemplos literarios extraídos de Anna Karenina, la novela de León Tolstoi, cómo actúan dos estados de ánimo contrapuestos a este respecto. En ellos el autor nos muestra lo que están viviendo y viendo sus personajes en sintonía con sus estados anímicos. En primer lugar Vronski, el enamorado de Anna Karenina, disfruta del siguiente momento de dicha de este modo: 
    «¡Estoy contento, contento!», se dijo. Ya antes había experimentado esa misma sensación de complacencia física en su propio cuerpo, pero nunca se había sentido tan contento de sí mismo y de su cuerpo como ahora. Le agradaba notar el ligero dolor en la membruda pierna, le agradaba la sensación de movimiento muscular en el pecho cuando respiraba. Ese día de agosto, claro y frío, que tan desalentada había dejado a Anna, le parecía a él sobremanera estimulante, refrescándole la cara y el cuello que aún le escocían por las abluciones en agua fría. El aroma de brillantina en su bigote le parecía especialmente agradable en ese aire fresco. Todo cuanto veía por la ventanilla del coche, todo en ese aire puro y frío a la luz pálida del ocaso, estaba tan fresco, alegre y lozano como él mismo: los tejados brillantes bajo los rayos del sol poniente, las lineas precisas de las verjas y esquinas de los edificios, las figuras de los transeúntes y los coches que pasaban de vez en cuando, el verdor inerte de los árboles y la hierba, los campos plantados de patatas en surcos paralelos, las sombras oblicuas que proyectaban casas, árboles y arbustos, y hasta las hileras de patatas… todo era bonito, como un lindo paisaje recién pintado y barnizado.⁴ 
    Y tenemos en cambio a Anna -más avanzado el libro- desdichada, con una aversión generalizada, en los momentos que anteceden al trágico desenlace de su historia: 
    Tocó la campana de la estación y cruzaron deprisa varios jóvenes feos e insolentes y, sin embargo, conscientes de la impresión que estaban causando; seguidamente Piotr [criado y cochero], en su librea y polainas, con su cara estúpida y animalesca, pasó también por la sala de espera y se acercó a ella para acompañarla al tren. Los jóvenes vociferantes callaron cuando Anna pasó junto a ellos en el andén, y uno de ellos dijo algo al oído de otro acerca de ella, alguna grosería, por supuesto. Subió al alto estribo del vagón y se instaló en un compartimento vacío, en un asiento sucio que en tiempos había sido blanco. Su valija rebotó en los muelles y luego quedó quieta. Con una sonrisa boba Piotr se quitó el sombrero galonado junto a la ventanilla para despedirse de ella; un revisor insolente cerró de golpe la portezuela y dio vuelta al picaporte. Una mujer fea, con polisón (Anna se lo quitó mentalmente y quedó asombrada de su monstruosidad), y una muchachita que reía con afectación pasaron junto a la ventanilla. -Katerina Andreyevna lo tiene. Lo tiene todo, ma tante- gritó la pequeña. «Es todavía una niña y ya está también mentalmente tullida y llena de posturitas», pensó Anna. Deseosa de no ver a nadie, se levantó apresurada y fue a sentarse en el extremo opuesto del vacío compartimento. Un campesino pringoso y deforme, con un gorro por debajo del cual salía una pelambre enmarañada, pasó junto a la ventanilla, encorvándose sobre las ruedas del vagón. «Hay algo que me es conocido en ese horrible campesino», se dijo Anna.⁵ 
    Tolstoi, escogiendo una forma en el relato que reflejara claramente los estados de ánimo de sus personajes, se alía con ellos y nos transmite sus sensaciones, impresiones y sentimientos en una amalgama junto al entorno. Ambos personajes están bajo las condiciones de sus respectivos estados de ánimo. Vronski está en disposición de ánimo para apreciar la belleza que le circunda y su mirada alegre la encuentra prácticamente en todo. La alegría, que es también la del paisaje se caracteriza por hallar belleza. Mientras que Anna está en una disposición contraria y ve fealdad, y su mirada la encuentra también en casi todo. La desdicha que se funde y confunde con esa estación y ese vagón de tren desvela insistentemente fealdad(6)


  • CONCLUSIÓN
     Para terminar, se ha dicho aquí entre otras cosas, que coexisten estímulos estéticos activos junto a cualidades neutras, que el origen de la estética estaría en nuestra biología, que la evolución de la inteligencia (y la sensibilidad) habría ampliado nuestro bagaje estético propiciando con ello el crecimiento de la incipiente cultura y el nacimiento del arte (entendido ampliamente) y que el estado de ánimo influiría de forma decisiva en nuestras apreciaciones estéticas, habiendo realizado un acercamiento a la comprensión de todo esto. 

Notas: 
1- «Otras adaptaciones del cerebro [aparte de las relacionadas con el sexo], como las que ayudan a un animal a encontrar alimento, a evitar que se lo coman o a reconocer la diferencia entre su madre y su padre, pueden tener consecuencias imprevistas pero relevantes en su definición de la belleza.» (Michael J. Ryan. «El gusto por la belleza. Biología de la atraccción» Ed.: Antoni Bosch editor, 2018, pág.: 16) 
2- Marco Aurelio. Meditaciones, III, 2. Citado en «Historia de la Fealdad», Umberto Eco. Pág.: 33. 
3- A este respecto Richard J. Davidson en su libro «El perfil emocional de tu cerebro» informa de un estudio sobre la base cerebral de las emociones en el que comprobó que las personas con depresión tenían una baja actividad de la corteza visual. (Schaffer, C.E., Davidson, R.J. y Saron, C., «Frontal and Parietal Electroencephalogram Asymmetry in Depressed and Nondepressed Subjects», Biological Psychiatry, 18 (1983), págs. 753-762.) 
4- Anna Karenina. León Tolstoi. Págs.: 408 -409 Ed.: Alianza Editorial, S.A., Madrid. Traducción: Juan López-Morillas. 
5- Anna Karenina. León Tolstoi. Págs.: 961-962 Ed.: Alianza Editorial, S.A., Madrid. Traducción: Juan López-Morillas. 
6- «No hay una linea divisoria neta entre las emociones y el resto de procesos mentales. Los límites entre unas y otros se difuminan. En consecuencia, prácticamente todas las regiones cerebrales desempeñan un papel en las emociones o se hallan a su vez afectadas por ellas, algo que ocurre incluso en el caso de la corteza visual y de la corteza auditiva. Estos hechos sobre la organización neural de las emociones tienen importantes consecuencias para entender por qué nuestras percepciones y pensamientos se alteran con las emociones.» (Richard J. Davidson. «El perfil emocional de tu cerebro» pág.: 110. Ediciones Destino, S. A. 2012. Libro electrónico). 

José Luis Heredia Castilla 
Málaga 6 de abril de 2019