jueves, 14 de abril de 2016

EL GRAN LIBRO DE CUENTOS DE MÁLAGA, por Ángel Idígoras

     “Para inventarse un cuento hace falta imaginación, ¿y quién tiene más imaginación...?  el niño. Por eso vengo a la biblioteca para aprender los cuentos que vosotros os inventáis”.

     Así se presenta Idígoras ante las criaturas que aún apenas le conocen. Los profesores y el bibliotecario sí saben ante quién están, y asisten boquiabiertos a una lección de creatividad de los niños y de Idígoras (uno más entre ellos).

     Comienzan el encuentro inventando colectivamente el personaje principal, que el hábil ilustrador va plasmando en una lámina cuidadosamente elaborada.

     Ya ejercitados, y formando camarilla hacen selección entre una variedad de héroes, de malos, de escenas, de instrumentos y recompensas..., con los que fabricarán un relato más o menos disparatado.

    A estas alturas el grupo está bien acompasado, y se atreve a crear personajes a partir de las letras del nombre de uno de los asistentes, con su correspondiente narración llena de aventuras

    Y por último, arriesgándose a todo, hacen surgir a los protagonistas y sus hazañas del dibujo de un simple garabato
      
     Con mucha complicidad y mucha magia, la sesión transcurre en un santiamén, y se cumple lo que Ángel Idígoras pronosticaba en la presentación de su proyecto en bibliotecas. “En la fantasía de los niños todo puede suceder, nada está prohibido, el disparate, lo imposible, lo ilógico son guías que acompañan a quienes visitan ese territorio “