lunes, 18 de febrero de 2019

MUNDO AFÓNICO, de Bernardino Contreras. Encuentro virtual con el autor


Por Pilar López Palomo

Los amantes de la literatura  nos hemos surmergido hoy en “Mundo afónico” de Bernardino  Contreras Rodríguez donde la palabra escrita une, transmite, libera, nos desarrolla la capacidad de adaptación a las dificultades… hace un mundo feliz
Ha sido un encuentro con el autor malagueño, con problemas de comunicación, esta vez por culpa de la tecnología que no nos dejaba concectarnos adecuadamente a través de vídeoconferencia, sufriendo él las mayores dificultades. Echamos en falta “ libreta y bolígrafo para conversar, cartón y rotulador para gritar y papelillos de fumar y lapicero afilado para susurrar”, usando las palabras del autor quien fue muy amable al facilitarnos su obra y  este primer encuentro.
Una novela situada en un pueblo y en un tiempo sin especificar, narrada por muchos personajes, la gran mayoría masculinos (voces del propio autor), que con un lenguaje coloquial y cada uno con el uso de una muletilla especifica nos lleva a conocer la vida de la gente, su visión de la realidad, sus filosofías de andar por casa, frases utilizadas por todos que transmite una verdad aceptada por la mayoría, sin profundizar en ellas, sólo pequeñas pinceladas que hace una lectura ágil y dinámica. Pero los acontecimientos acaecidos en esta pequeña población se hacen universales. Una historia que nos descubre otros medios de comunicación diferentes a la palabra oral, resaltando la palabra escrita y su función poética.
El libro tiene dos partes, una parte feliz, la superación de una dificultad por la unión de todos y la adaptación a los problemas y a las situaciones nuevas. Una parte con bastante humor que te hará reír en bastantes ocasiones.
La segunda parte es una distopía, un mundo infeliz donde la incomprensión, la intolerancia, la prohibición, la persecución, la tortura y la desaparición da lugar a un mundo triste, falto de libertad y de poesía.
Y ambas partes unidas por un personaje que se convierte en mito, en leyenda, un personaje real enriquecido por todos los inconformistas que escriben usando su nombre y por otros que corrigen esos textos, llegando a estar en la memoria colectiva y del que muchos dudan de su existencia.
Y al final, para cerrar la novela, el mismo autor, con su nombre, se hace personaje y narrador, él es el que escribe la novela de la realidad que ve.  Pero para que no tengamos duda una narradora opina, al final, que no recuerda las cosas tal como la relató el escritor.
En resumen, Bernardino ha contado una historia interesante, con un mensaje claro, usando una buena estructura y dando un toque original. Y ha conseguido más de lo que pretendía, superando el localismo y el tema literario.
Sólo me ha dejado dos pequeñas y anecdóticas dudas que le formulo desde aquí. ¿El cura se llama Andrés o Nicolás? ¿La peña de la libreta estaba formada por seis o por nueve?
Mis felicitaciones por tu obra. Hemos sido muchos en el club de lectura que hemos disfrutado leyéndola y ya somos fans tuyos.