martes, 22 de marzo de 2016

QUEBDANI. El cerco de la estirpe. De Antonio Abad

     La reunión sobre esta novela, por parte de los que asistimos del grupo de lectura resultó muy amena y dura.
     A la mayoría, en una primera lectura rápida nos interesó y gustó la novela. Nos llamó la atención la temática sobre la ocupación española, no por ser narrada por un español, sino por tomar parte por el oprimido y explotado nativo, cosa poco común.
     La novela nos presenta a una familia implantada en medio de un paisaje seco y desolador donde solo abundan las grajillas, los nativos malviven en casuchas con algunas cabras y poco más. Aquí una familia española pone un molino que realiza la molienda de todos los contornos procurando sacar el máximo beneficio, sin importarle para nada los rifeños que son mirados poco mejor que los animales. Aquí sitúa el autor a un niño, que trae miedo y odio a los españoles, como el relator y protagonista absoluto de toda la novela. Es él el que lleva adelante el relato, y aquí es donde empezaron las divergencias entre los lectores, por cómo narra los hechos de los que él es testigo y único interprete, guiado por un motivo fijo que todo lo condiciona: el odio.
     Tanto odio vivido por el niño, aunque justificado por lo que se le hace pasar, es comprensible, pero no siempre creíble ni explicable. Donde nadie ajeno a él tiene ningún valor ni nada positivo, quizás sólo el maestro que fue comprensivo y le enseñó a leer. 
     La familia está dominada por un padre machista que tiene más amor a su perro que a sus propios hijos, y su mujer, que también pondrá a su marido por encima de todo, y todo lo que de él venga será acatado de manera sumisa.  Sus hijos son presentados como palurdos sin valores que no se aman entre  ellos, utilizados solo para beneficio del padre que no los respeta ni a ellos ni a sus mujeres. Menos se van a preocupar de un rifeño, un niño puesto para su servicio como un siervo que será para ellos motivo de mofa y befa.
     Por ultimo está el enamoramiento del protagornista al que nadie le dio la menor posibilidad, y aunque él está obsesionado por ella, lo vemos como algo enfermizo, más que como algo que en ningún momento pudiera ser correspondido.
     El odio que impregna la novela es algo que quiere justificarlo todo, pero vimos que no era del todo creíble, así como comportamientos que narra un niño, que son más propios de adultos y que como niño no le era posible ese conocimiento. Es como si al final quisiera presumir de todo lo malo que ha hecho ante el hijo y hermano de la familia que él ha destruido, destinatario de su relato, como si al otro le fuera indiferente.
     En estos detalles del estudio de los personajes es donde más se criticó a la novela porque  se presentan todos de manera prototípica sin matices, todos son detestables, hasta el mismo protagonista, del que sabemos cómo se comporta, su motivación de odio, pero poco de su personalidad.
     Por todo lo que he escrito quiero dar a entender que la novela dio mucho que hablar, que seguimos con interés las peripecias vengativas marcadas por el resentimiento y el odio, pero dejó mucho que desear en cuanto se trató de analizar a los personajes, por no profundizar ni hacernos simpatizar con ninguno, ni siquiera el protagonista. No sabemos si esto es intencionado por huir de un cierto paternalismo o por intentar ser más objetivo y por tanto más creíble, no siendo la novela tan completa como parecería en un principio.
      Todos resaltamos la gran belleza en la manera de describir el paisaje con su detallismo  de tal forma que alguno de los presentes, con su lectura, decía sentirse agobiado  por un realismo tan seco, acre y agobiante.
     Con todo lo escrito he intentado mostrar los temas de la novela, pero solo comprensible para los que la han leído, pero me temo que con ello no  dejo del todo lo claro, porque no me atrevo a tanto, si es una novela digna de ser recomendada. Tiene, según mi punto de vista, muchas carencias, y una novela donde el único protagonismo lo tiene el odio y la venganza no sé si será suficiente aliciente.
                    Mariano. 

viernes, 4 de marzo de 2016

Purga, de S. Oksanen. Crónica del Club de Lectura



En una despoblada zona rural de Estonia, un año después de que esta recuperase su independencia tras la  ruptura de la URS , Aliide Truu, una anciana que malvive sola junto al bosque, mirando al jardín a través de su ventana, se encuentra a una joven tirada en el suelo, exhausta y desorientada. Esta joven, de nombre Zara, es una rusa victima del tráfico de mujeres, que ha logrado escapar de sus proxenetas y ha acudido a casa de la anciana, motivada por la foto que lleva en el bolsillo, en busca de ayuda. Conforme la anciana va venciendo su desconfianza, y se va revelando su parentesco, surge un complejo drama de viejas rivalidades, amor no correspondido, y deslealtad que ha destrozado a una familia durante varias décadas.

Estructura de la obra:
Novela intensa y emotiva, con episodios duros, donde a  veces también ronda la poesía.
La obra está bien estructurada y elaborada, dejando poco a la improvisación. Narrada en capítulos cortos que van saltando en el tiempo, alternando episodios del pasado (1936 al 1951 y 1991) y del presente que se narra (1992). con buena ambientación histórica y dosificación de la intriga. Tiene un lenguaje conciso y detallista, y los episodios son fáciles de seguir ya que la autora va indicando en cada capitulo el año en el que sucede lo que se narra . novela narrada en tercera persona.

Comentarios:
 A través de las dos mujeres nos muestra una visión de la realidad política y social de la Estonia sometida, primero por los alemanes y luego por los rusos, y nos narra, también, las penosas condiciones de vida que se daban en aquella  etapa de Estonia, describiendo la crueldad, el miedo, la humillación, la pobreza, el sufrimiento, el exilio, y también el instinto de supervivencia de las dos mujeres protagonistas.
Hemos hablado de las dos protagonistas que con sus vidas (si no paralelas en el tiempo, sí paralelas en el sufrimiento, en los miedos) trazan la línea de la obra, pero también observamos un tercer protagonista más, que está presente en la obra desde que empieza: El Miedo.
Miedo al mirar por la ventana y ver el cuerpo de Zara en el jardín (desconfianza, temor).
Miedo de Zara en su huida (convivencia con los proxenetas y en su escapada).
Miedo a morir, miedo a ser maltratada.
Los miedos que recuerda la anciana en su constante recordar el pasado y los episodios que protagonizó (celos, traición, interrogatorio, opresión, incertidumbre en la espera…) tanto desde un bando u otro, pues en los dos pasó parte de su vida.
El miedo en esa espera constante… 
Dos mujeres, dos épocas, pero el miedo, siempre presente. Dos mujeres que pertenecen a generaciones diferentes pero que tienen unidas sus historias, porque tanto la violación en tiempos de opresión (Aliide) como la explotación de la mujer, trato de blancas (Zara) nos llevan a la deshumanización de la mujer reduciéndola a un simple objeto, y ese mismo sufrimiento les llevará a arrastrar traumas el resto de sus vidas.
Y no quiero dejar sin mencionar también el punto de rebeldía de la protagonista por salir de la opresión en  busca un futuro esperanzador.

Tertulia literaria: 26-02-2016
En la tertulia, la novela dio para desarrollar diferentes temas, diferentes historias y situaciones. Se trató el tema de la situación entre guerras y postguerras, así como la problemática de la trata de blancas. Situaciones de opresión, dominación, sumisión, miedos, de supervivencia, tan presentes en épocas de guerra como en la vida actual.
Hicimos un repaso por la historia y situación de estos países y una pequeña incursión por nuestras  propias guerras y su paralelismo en algunas situaciones.
La reunión resultó fluida y con mucha participación por parte de todos los allí presentes.
Todo el mundo coincidió en lo bueno de la novela y en la angustia y sufrimiento de la historia.

Notas sobre la autora:
Sofi Oksanen nació en Jyväskylä (Finlandia) en 1977. Estudió dramaturgia en la Academia de Teatro de Helsinki. Esta es su tercera obra, que en sus inicios fue una obra de teatro y debido a su gran éxito cosechado en su representación en el Gran teatro nacional de Helsinki, la autora decidió novelarla (2007).
Escritora y autora teatral se dio a conocer con novelas como “las vacas de Stalin”,  “Baby Jane” , “Cuando las palomas cayeron del cielo”
En su poder figuran premios como:
Premio Finlandia (2008)
Premio Mika Waltari
Premio Runeberg (2009)
Premio de Literatura del Consejo Nórdico (2010)
Premio Nórdico de la Academia Sueca (2013)


jueves, 3 de marzo de 2016

EL TALLER DE LAS PALABRAS


JUEGOS PROHIBIDOS, DE RENÉ CLÉMENT.

El siglo XX cuenta con el triste record de haber producido las guerras más devastadoras que la humanidad había conocido hasta ese momento. Lo peculiar de la Segunda Guerra Mundial fue que por primera vez la población civil era un objetivo prioritario en el combate (un fenómeno que ya se había experimentado en la reciente Guerra Civil española), algo consustancial al concepto de guerra total que se empezaría a manejar en aquellos años. Precisamente las primeras imágenes de esa obra maestra que es Juegos prohibidos reflejan bien esa realidad: los parisinos huyendo despavoridos por los caminos rurales del fulminante avance alemán y la Luftwaffe bombardeando a placer las columnas de refugiados, como parte de una estrategia de terror que conduciría a la pronta rendición de los franceses. Los padres de familia se sienten humillados en esa ratonera. El automóvil de Paulette, la niña protagonista, se estropea. No hay solidaridad con su familia, los que van detrás lanzan el coche por un terraplén y prosiguen su avance. Entonces aparecen de nuevo en el horizonte los Stukas alemanes, que provocan una masacre: los padres de Paulette mueren ametrallados. También su perrito.

Este brutal primer encuentro de Paulette con la muerte no la traumatiza, porque la niña no sabe bien lo que está pasando. No comprende que su perrito de pronto ya no responda a sus caricias, que sus padres hayan dejado de protegerla. Persiguiendo al cadáver del perro, que una desaprensiva mujer ha tirado a un río, llega a la humilde morada de unos campesinos. En aquel lugar la guerra se percibe como un espectáculo cercano, pero que no les afecta directamente. La vida sigue más o menos igual, aunque con la lógica inquietud de quienes intuyen que están produciéndose cambios muy importantes. Muy pronto Paulette se hará amiga de Michel, un muchacho muy despierto, con el que le va a unir un vínculo muy especial, casi matrimonial, podríamos decir. Con él canalizará esa fascinación que le ha producido el descubrimiento de la muerte que, junto al de la religión (sus padres al parecer eran laicos y ella aprende algunas nociones de su familia provisional), les lleva a crear un nuevo juego: la organización de un cementerio clandestino de animales e insectos, una especie de homenaje infantil a los seres que, misteriosamente, dejan de interactuar con nosotros.

En este sentido, Juegos prohibidos es una película valiente a la vez que sensible. El acercamiento lúdico a la muerte, el robo de cruces y la fascinación por la belleza del camposanto que construyen juntos, no es más que la reacción de dos seres inocentes ante la brutalidad que los adultos han desatado a su alrededor. La muerte está presente sí, entonces, como ya hicieron los hombres primitivos, hay que canalizar elementos simbólicos para homenajearla, para que sus víctimas no caigan en el olvido. Clément se mueve entre lo cómico, lo trágico y lo macabro, consiguiendo un exquisito equilibrio entre estos tres elementos para construir una película soberbia, que se beneficia de una fotografía magistral por parte de Robert Julliard y de una interpretación memorable por parte de los dos niños protagonistas, Brigitte Fossey y Georges Poujouly, que saben transmitir la inocencia propia de la infancia, un ejemplo de cordura cuando a sus mayores les da por organizar matanzas en las que ellos pueden ser tan víctimas como cualquiera. Pocos retratos íntimos de lo que supone la guerra para la gente cotidiana han alcanzado tal grado de perfección.