miércoles, 16 de enero de 2013

LA DONCELLA MANCA. Cuentacuentos para adultos



                  El pasado 28 de Diciembre se realizó el primer Cuentacuentos para adultos en nuestra biblioteca y la lectura elegida fue  “La doncella manca”, que forma parte del libro “Mujeres que corren con lobos” y que se encuentra disponible  en el fondo de dicha biblioteca.


   En él vamos encontrando las diferentes etapas de nuestra vida y  descubrimos cómo nuestra naturaleza va siendo transformada, influenciada, modelada y comprimida tanto por aquellas personas encargadas de nuestra educación, en los principios, como por los condicionamientos tradicionales, culturales, religiosos, de status social. 
         Por ellos vamos dejando por el camino muchas de las cosas  que creemos y sentimos. A veces incluso actuamos en contra de nuestros propios principios y deseos en pos de la consecución del beneplácito de nuestros mayores, amigos (que en la infancia consideramos que tenemos y necesitamos muchos), popularidad, admiración, consideración, reconocimiento, posición social, imagen de juventud y bienes materiales que causen la mayor envidia de los demás, sin que aún así  consigamos estar satisfechos. Esta lista de cosas “imprescindibles” creadas por nuestra  sociedad y propia inseguridad  nos va alejando más y más de nosotros mismos, no sólo de nuestras necesidades más básicas  sino también, y sobre todo, de las espirituales y  nos va creando una bola de insatisfacción que no para de crecer y que nos hace sentir tanta soledad.
      Cuanto más nos acercamos a nuestra naturaleza salvaje, a nuestros instintos primitivos, a nuestros sentimientos más puros, a nuestra intuición, al amor verdadero y desinteresado (tanto por nosotros como por los demás) a la valoración y aceptación de cómo somos y no como nos quieren ver y usar los que nos rodean, mayor será el equilibrio y grado de satisfacción que sentiremos y que tan escasos y necesitados  nos encontramos en esta vida tan artificial que todos llevamos. 
      Tan solo tenemos que emprender el camino de regreso, solos o acompañados; al principio con pequeñas metas, sin agobios pero sin pausa, siendo indulgentes con nuestras caídas,  pues lo importante es volver a levantarse, pues no es necesario dar un vuelco a nuestras vidas sino caminar, disfrutar de esos pequeños cambios y logros que nos harán crecer como personas y que estarán encaminados a ir  descubriendo nuestro yo más verdadero.


                                                                          Inma Ruiz


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