martes, 21 de enero de 2014

Encuentro con Emilio Bueso en la biblioteca. “Esta noche arderá el cielo”

Hacer un  reseña de este libro de Emilio Bueso no es fácil. Considerado como nuevo referente imprescindible de la ciencia ficción este autor, ingeniero de profesión, compagina su trabajo científico con una fecunda y variada actividad literaria.

Saltándose muchos de los cánones establecidos, y siempre de forma intencionada y calculada, busca a un público atrevido, inconformista, que acepte sus originalidades y desvaríos imprevistos, y que no le exija una exquisita pureza literaria. Lo que para algunos puedes suponer una genialidad, para otros puede romper el hilo del relato. Pero él tiene claro que no merece la pena escribir si no es divirtiéndose con su propio estilo.

“Esta noche arderá el cielo” nos traslada a un escenario muy evocador, el inhóspito bosque boreal canadiense, la Taiga. Vastos territorios deshabitados atravesados por una pista no asfaltada de setecientos kilómetros, que cruza los impresionantes paisajes del norte de la provincia de Quebec: la Trans-Taiga Road, una carretera que, en realidad, no lleva a ninguna parte. Este decorado es uno de los grandes atractivos del relato.

Otro de los ingredientes es el referente a los personajes, también muy sugerentes. Por un lado el reencuentro de una singular pareja de moteros que intenta reiniciar un romance bruscamente interrumpido hace una década, y lo hace repitiendo una de sus largas aventuras de antaño sobre el asfalto. Por otro lado, un padre y su hijo preadolescente, damnificados por un núcleo familiar fraccionado,  que buscan reforzar su vínculo compartiendo una experiencia de observación astronómica inolvidable. Y completa el elenco la población nativa, los indios cree, a los que posiblemente no se les hace mucha justicia al interpretar el pernicioso papel que se les asigna.

Otros mimbres son un ritmo intermitentemente frenético, con  flashback “para dar aire a una tensa situación o para dimensionar en un momento dado al algún personaje”, juegos de palabras, cabriolas lingüísticas,   episodios marginales, ocurrencias, coñas e incluso salidas de tono para hacer un guiño al lector. ¿Cómo defiende el autor todas estas componendes? Para él es cocinar sin la olla a presión, es intercalar visceralidad huyendo de una escritura hieráticas...., es disfrutar de su oficio.

Y todo aliñado con una extensa labor de documentación,  geográfica y astronómica, que le da profundidad al relato, y que contrasta con la hilaridad que pudiera suponerse por el análisis anterior. 

Los que no somos adictos a la ciencia ficción hemos podido comprobar que tiene mucho de transgénero: utopía, terror, aventura, ... Y en este caso western, ya que se nos ofrecen terrenos colonizados, territorios sin ley, bandidos amenazantes, y aventureros mediocres que terminan convirtiéndose en héroes.

            La valoración,no fue ni va a ser coincidente entre los lectores. Pero tantos unos como otros disfrutamos de la conversación con un creador apasionado y un poco gamberro.

Pepe de la Torre



2 comentarios:

  1. He de decir que el libro en cuestión no lo terminé porque el tema de ciencia ficción no me seduce, pero quería conocer la opinión de mis compañeros que sí lo habían leído y como lo planteaba el autor, así que las intervenciones me parecieron muy interesantes , aceptó las críticas con normalidad incluso con alguna sonrisa ya que dejó bien claro que el había escrito lo que quería, y contó varias anécdotas de presentaciones anteriores donde algunos hasta se enfadaban con él por como había resuelto su libro, lo que sí es cierto que no dejó indiferente a nadie, mereció la pena su intervención es un autor de mente clara y ágil , y quizás me anime a leer algún libro suyo siempre que no sea de ciencia ficción.

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  2. Como ya dije en petit comité, a mi no me convenció. El libro no me gustó y el autor tampoco demasiado. No sé si "Cenital" estará mejor que éste, desde mi punto de vista "Esta noche arderá el cielo" no me resultó nada interesante

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