lunes, 4 de julio de 2016

STONER, de John Williams

    
     "Stoner", de John Williams, es una novela de 1965 que solo en los últimos años ha recibido atención por crítica y público, incluso en su propio país, Estados Unidos. Ambientada, de una forma casi claustrofóbica, en una universidad del Medio Oeste norteamericano durante un periodo de tiempo de hace hasta cien años, aterriza en el 2016 en un club de lectura de barrio de una ciudad del Mediterráneo y le gusta a todo el mundo: un buen ejemplo de la universalidad del fenómeno de la "novela" en su sentido más propio. Porque "Stoner" es una novela-novela: una narración biográfica de principio a fin, omnisciente, introspectiva, descriptiva, emotiva y estremecedoramente verosímil.

     El argumento es la vida de un profesor de literatura inglesa clásica (cuyo nombre da título a la novela), desde su primera juventud hasta su muerte. Un tipo un poco aburrido y mediocre, incluso pusilánime, que lleva una vida más bien infeliz debido, sobre todo, a la mala suerte de haber hecho un mal matrimonio. Pero la moraleja de la historia es que su vocación por la literatura y la enseñanza, su función social, su "inmersión" en el ámbito del Arte (con mayúsculas) dan sentido a su vida. No vivirá tampoco grandes triunfos académicos, recibirá poco honor, poco reconocimiento y muy pocas gratificaciones en eso que se llama "vida social" (apenas tendrá un solo amigo, disfrutará poco de su paternidad y vivirá muy fugaz y dolorosamente una experiencia de verdadero amor romántico). 
     En el club de lectura de barrio de la ciudad mediterránea se oyeron inevitables críticas a la personalidad descrita del protagonista, incluida la de "pobre de espíritu". Otros se acordaron del "estoicismo". Y todos tuvieron en cuenta el origen campesino pobre, austero y  grave del protagonista. Trasplantado de las tierras cerealíferas a una universidad poco destacada, una sola vez en la vida experimentó la epifanía de descubrir la literatura clásica. A ello entregó su vida, y en el proceso se probó a sí mismo como hombre dedicado, honesto y sensible.
     Alguien observó que él nunca se pregunta a sí mismo si pudo elegir mejor, si el curso de su vida ha sido el correcto. Aparentemente, ésa es su grandeza: que nunca dudó una vez hecha su elección. Dedicó su vida a la emoción única que lo conquistó de forma auténtica en su juventud, cuando se encontraba pleno de energías. Y no olvidemos que la literatura clásica -como casi todo lo que se enseña en las universidades- es un bien inequívoco, es una manifestación objetiva del humanismo, objeto, en el mundo secular, de una veneración en buena parte "sagrada".


     Aunque pocos habríamos querido imitar al protagonista en su trayectoria vital, aunque no sentimos especial admiración por él, a todos "Stoner" despierta respeto, comprensión y un poco de compasión. Para dar lugar a ese tipo de sensaciones se inventaron las novelas, y por eso ésta resulta ser una muy buena novela. Obviamente, si no hubiera podido comunicarnos esas experiencias, entonces es que la habríamos juzgado como "mal escrita", con independencia de su argumento -poco llamativo- y su mensaje -sutil-.
                                                        Francisco Martín

4 comentarios:

  1. No tan pusilánime cuando lleva a cabo con tanta determinación su vocación por la literatura. En otros aspectos sin embargo el pobre hombre “se preguntaba si parecería tan ridículo ante los otros como lo parecía ante sí mismo”.
    Me parece que un quid de la novela es la descripción de ciertos perfiles de personal universitario, tan eruditos en su materia pero poco ilustrado para la vida cotidiana.
    Enhorabuena, Francisco, por tu reseña.

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  2. Aunque no pude asistir, creo que tu reseña es muy acertada. Es una historia muy bien escrita de una vida nada interesante, y no es fácil que te prenda si no tuviera calidad literaria. Te felicito por el buen resumen que has hecho.
    Esperanza.

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  3. Buena reseña Francisco. La grandeza de STONER,es saber que nunca sera grande, ni decidido, socialmente. Pero no por ello deja de tener su vida.Y como en toda vida con un mínimo de sensibilidad, hay en ella algo irrenunciable,para si misma, e interesante para los demás. Salud y buenas lecturas.

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