sábado, 30 de junio de 2012

JUAN MARSÉ, ROSA MOTERO Y LA MENDA

                Gracias al artículo  de Rosa Montero “La libertad de ser uno mismo” http://elpais.com/diario/2011/04/02/babelia/1301703165_850215.html  , me picó el gusanillo por leer esta novela. Estaba a su acecho, cuando vi “CALIGRAFÍA DE LOS SUEÑOS” en la lista de novedades de la biblioteca. Ya solo era cuestión de tiempo poderla cazar.
                Se refiere Rosa Montero en su artículo, a la aparente falta de pretensiones de Juan Marsé, tanto  hacia el mercado literario  como  hacia el “qué dirán” los entendidos. Comenta que el autor forma parte del tipo de escritores ERIZO porque se “enroscan sobre sí mismos y siempre escriben la misma historia”. La vida del protagonista Ringo, un chaval del barrio de Gracia, en la Barcelona de los años 40, guarda mucho parecido con la propia vida de su autor.
                El hilo conductor de la novela es la desventurada relación amorosa entre la voluptuosa señora Mir  y su amante, un exfutbolista cojo. De hecho, la novela comienza con el aparente intento de suicidio de esta vecina que “no ha sabido preservar su intimidad” y es carne de cotilleo en el barrio.
Los ojos y los oídos de  Ringo, un muchacho solitario, siempre con un libro bajo el brazo o en el bolsillo,  son el radar para detectar las sutiles  corrientes de vida  dentro del ambiente enrarecido de la postguerra. Las limitaciones políticas y económicas, que en cualquier otra ciudad española serían  un marco oscuro y pesado, en la Barcelona de esta novela no es más que un manto casposo, “una plaga de ratas azules” que la ciudad terminará sacudiéndose.
                Después de leerla no puedo dejar de agradecerle a Rosa Montero que sea la culpable de mi primera lectura de Juan Marsé, a quien sin duda volveré.
Matilde Marín
               




1 comentario:

  1. Arturo Pérez Reverte dijo en una ocasión que el buen escritor es aquel que escribe siempre el mismo libro, pues un escritor que cambia de estilo y de género con frecuencia es un escritor que copia. Aunque Reverte no es muy santo de mi devoción, ni como escritor ni como articulista, en esta ocasión creo que tiene algo de razón.
    Soy de la opinión de que todo escritor tiene derecho a evolucionar e intentar nuevos retos. Muchos autores, en un momento dado, hacen una incursión en un género literario que no han cultivado nunca. Un ejemplo de esto lo tenemos en "Papel mojado" de Juan José Millás: una novela negra más o menos al uso, en cuanto al tema y la estructura, que se aleja bastante del resto de su producción literaria, sin sacrificar por ello su estilo (aunque hubieran quitado el nombre de Millás de la cubierta, habría sabido que se trataba de él sólo con leer las primeras páginas). Otra cosa es un escritor que cambie continuamente de estilo y de género, eso sí puede resultar algo sospechoso.
    El "erizo" Marsé me ha hecho pasar momentos muy agradables con algunas de sus obras, como: "Últimas tardes con Teresa", "El amante bilingüe", "El embrujo de Shanghai", "Canciones de amor en Lolita´s Club"...
    Es cierto que en algunas novelas de Juan Marsé hay una cierta similitud en lo que se refiere a personajes, ambientes, escenarios, temas... Y qué.
    Teniendo en cuenta el panorama literario español actual y a algunos de los que más venden (Rosa Montero, Pérez Reverte, Lucía Etxebarría, Carlos Ruíz Zafón, Paulo Cohelo...) me quedo con "el erizo Marsé”.
    Entre mis “escritores erizo” preferidos se encuentran, además de Juan Marsé: Onetti, Roberto Bolaño y Pedro Juan Gutiérrez.

    ResponderEliminar