miércoles, 3 de septiembre de 2014

Poesías de Miguel Ángel García

LA ESENCIA DE LA MEMORIA

Se marchitarán las rojas rosas
alegremente dibujadas de tus senos.
Se ajará el brillo dorado 

prendido en los rizos de tus cabellos.
Se volverá lento y pausado
el alegre, vivaz caminar,
caídos tus párpados, el gesto cansado.
Nieves iluminarán tus sienes
donde otrora Atenea estableciera asiento,
inaccesible castillo, torre de marfil,
convertidos en polvo, barridos por el Tiempo.
Volverá a su origen mi memoria
que de esta suerte a ti se aferra y evoca.
Y desde allí, desde los pies del Eterno
continuará su canto, trocando en gozo,
beatitud inefable, tu recuerdo.

Miguel Ángel García.
30 - 8 - 2014.


LA TRAMA DE LA LUNA
(Para PAULA).

He urdido el plan,
trazado sus líneas maestras,
sopesado las inclemencias del tiempo,
los rigores de las batallas y las contiendas.

He interrogado al sabio oráculo chino
que se expresa en una finitud de hexagramas,
consultado a nigromantes y adivinos,
escudriñado las vísceras de las aves,
leído aburridos manuales sobre
los usos del arte de la guerra y la retórica.

He indagado en antiguas y oscuras mitologías,
como las del griego y las del fenicio,
y en otras más modernas, aún más increíbles,
que narran que dos hombres osaron
pisar tu suelo, imprimiendo así en él sus huellas.

No he desdeñado paganos y bárbaros rituales,
como el de los impíos bebedores de sangre
humana y el culto que a ti debían,
ni olvidado la benéfica influencia que
ejerces sobre hombres-lobos, vampiros y
demás diabólicas criaturas, hijas de tus noches.

En una de ellas, anónimo entre las gentes,
como espía que sólo viviera con
la esperanza nacida del deseo
de contemplarte, me sorprendiste.

Alcé la vista y ahí estabas,
desnuda, melancólica, omnipresente.
Eras Dios, el de siempre,
el de los antiguos profetas que
escribieron sobre un muro
hoy resquebrajado.

La ilusión del “voyeur”
trocóse en un juego de
espejos al saberse contemplado.

Ya no soy yo, del mismo modo que
la forma que nos devuelve
el espejo tampoco somos nosotros.

Si yo te oculto, te rodeo,
te callo y, a veces, te nombro,
¿de qué modo tú, Luna,
me ocultas, rodeas,
callas y nombras?

¡Escúchame! Soy un Hijo
de tu Luz, del destino que
señalan con exactitud precisa
la conjunción perfecta de los astros,
la amada geometría de los griegos y
el azar, no menos necesario.

Esta noche he renacido
para ti en el verso,
cuando brillante, solitaria y
toda redonda, la forma del ser
perfecto, derramabas
tu cono de luz sobre
el monumento central de la plaza.

Tu impermanente forma nos enseña que
en la vida todo es
siempre cambio y mudanza.

De nuevo, me entrego a
la aburrida monotonía de
afilar la espada de la inteligencia,
cegarme en el brillo de su acero.

Otra vez, la vieja mano
escribe versos para el olvido.
Otra vez, el recuerdo del concepto puro,
la expresión justa y la inevitable metáfora.

Una vez más, persigo
la inútil vanidad del comercio
con el que durante siglos
los hombres han intentado conjurarte,
mi amada Luna.

Aún sabiendo que a tu perfección
basta una nube hecha de brisa y
sobra que te cante de este
amor su lenta agonía en
la trama de mis desdichas.

Miguel Ángel García
11-10-2011.




3 comentarios:

  1. Enhorabuena por estos poemas, yo escribo algunos de vez,los versos calman mi alma y me liberan de pensar negativo, las palabras para mi son mariposas que me llenan de color y de esperanza, si definiera la poesía una de sus definiciones sería : ella es la libertad que deja que mi pena salga a flote, y también la alegría que me da con sus rimas rayos de luz. Eugenia, saludos.

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  2. Preciosos poemas. Muy bonito éste último de la luna. Enhorabuena !!

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  3. Me gusta muchísimo la esencia de la memoria!! enhorabuena por los dos poemas!!

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