MATAR A UN RUISEÑOR
Como veo que
han pasado los días y nadie se ha decidido a insertar un comentario sobre el
gran Atticus lo hago yo, aunque sea un poco a destiempo, la reunión del club fue
el 23 de octubre.
Matar a un ruiseñor, estamos ante una novela considerada
un clásico moderno. Como todo clásico trasciende lo puramente local y temporal
para tocar cuestiones, valores y prejuicios de siempre. Por unanimidad, con
algún matiz, ha gustado a todos, lo que no es muy bueno para el debate pero si
para la obra.
Argumento,
para quienes todavía no hayan leído la novela, la acción transcurre en el
profundo sur de Estados Unidos,
concretamente en la ciudad de Maycomb, capital del condado del mismo nombre
(Alabama).Corren los años de la Gran Depresión. Allí vive Atticus, viudo con
dos hijos, un chico Jem, 12 años y una chica, Scout, 8 años. La niña es la
narradora de la novela, gran acierto pues mezcla la curiosidad infantil con la
inocencia propias de su edad; refrendada, por el inicio en los valores y los
conflictos de los adultos a los cuales ella no llega, por el personaje de su
hermano. Pero el gran personaje de la novela es sin duda Atticus. Él ejerce en esta ciudad como abogado. Es de los primeros
que tienen que ganarse la vida al margen
de la plantación familiar y, gracias a tener estudios, lo hace con una profesión
que le da una relevancia social privilegiada. Cuestión esta de la que él tiene
clara conciencia.
En este
ambiente, de pocos de clase social que no tengan que ganarse la vida con el
trabajo de sus manos, donde la mayoría de los blancos son campesinos pobres y
de una población negra que no cuenta socialmente para nada, es donde
transcurre, en cierta forma placentera, la vida de Atticus.
Cuando el
juez local le nombra abogado de oficio en la defensa de un negro, sabedor el
juez de que, aunque no gane, es el único capaz de mover un poco la tierra bajo los pies de sus conciudadanos blancos,
es cuando se nos muestra la verdadera dimensión del personaje. Atticus sabe que
es una causa perdida de antemano; aunque todas las pruebas apuntan a la
inocencia del hombre, no hay jurado en la ciudad, donde solo los hombres
blancos pueden ser miembros, que
absuelva a un hombre negro acusado de la violación de una mujer blanca. Él no quería un caso
así, es algo que le han endilgado, “tarde o temprano surge un caso así en la
carrera de todo abogado”. Pero una vez dentro, pone toda su pericia y empeño en
la defensa de este hombre.
Esto es lo que convierte, según el
entender de este lector, en grande a
Atticus: hace lo que debe hacerse, sin discursos ni alharacas. Ya se sabe,
si lo correcto va contra la ignorancia y los prejuicios e intereses, siempre
hay un coste. Pero él lo tiene claro, la posición preeminente que ocupa en la
sociedad le permite y le exige, según su propia concepción, ser fiel a este principio, con el que intenta educar a
sus hijos: una
persona debe hacer lo que está bien porque sabe que es lo que está bien, sin más.
La novela es
de una gran complejidad en su aparente sencillez. La autora hace lo que toda gran obra: nos muestra a los personajes,
deja que se vayan construyendo ante nuestros ojos con sus acciones .Esta es la parte que no se puede resumir
de los clásicos, solamente podemos apreciarlos y disfrutarlos leyéndolos.
FRANCISCO TORRES DOMÍNGUEZ
FRANCISCO TORRES DOMÍNGUEZ
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