jueves, 18 de febrero de 2021

JEZABEL, de Irène Némirovsky. Reseñas de Isabel Cárdenas, Ana Arévalo y Felisa Molinero

Por Isabel Cárdenas 

Hoy tenemos una brillante historia escrita en 1936.

La autora tuvo una vida difícil; deportada y asesinada en Auschwitz en 1942, igual que su marido. Fueron sus hijas las que lograron sobrevivir y proteger su maletín repleto de manuscritos.

La novela es una crítica a la vanidad y a la exaltación de la juventud.  En los tiempos actuales se valoran los " me gusta" de las redes sociales ( Facebook,etc) Si no te siguen no existes.

También es una crónica de la sociedad parisina en el período entreguerras.

Gladys lleva su narcisismo y su egoísmo al límite. Ella exigía la felicidad. Es fría y superficial. Pensaba que el fin justifica los medios. Sacrifica la felicidad de su hija y la vida de su nieto por anteponer sus propios intereses.

El libro se lee de un tirón, te engancha, entretiene y, a la vez, te hace reflexionar. Está muy bien narrado  en tercera persona y con  diálogos fluidos. Por todo ello doy un aplauso a Irene Nemirovsky.


Por Ana Arévalo 


Su protagonista Gladys.

¿Cómo se puede vivir nada más que pendiente de la belleza y juventud?

Pobre mujer, no amó, ni se sintió amada. Ni su hija fue suficiente, al contrario, no quería que se hiciese mayor y cuando se quedó embarazada ( la hija) fue como una maldición. 

Todo esto está reflejado en su niñez.

Irene Némirovsky nació en 1903, su padre fue el banquero más rico de Rusia; su madre la trajo al mundo por el mero propósito de complacer a su marido.

A partir de su nacimiento vio el primer aviso de su declive y feminidad, y la abandonó a los cuidados de su nodriza; jamás recibió el menor gesto de amor de su madre.

Jamás le dijo mamá; la llamaba " ma" con los labios apretados.

La madre de Irene se instalaba en un palacio mientras, su hija y su nodriza se alojaban en una casa de huéspedes. 

En Jezabel ¡¡¡escribe su vida!!!.

Es entonces, cuando se puede entender esta novela.

Muy bien escrita ( por cierto).

Porque no puede ser más  desdichado un ser humano.

¡¡¡QUE NO AMAR NI SER AMADO!!!


Por Felisa Molinero 


Juicio por asesinato. Gladys Eysenach, es una mujer bella y rica de la alta sociedad, una apátrida que recorre Europa de fiesta en fiesta, con el deseo de ser admirada por todos, a la que se le acusa de matar al joven Bernard Martín, su supuesto amante, y Gladys admite haberlo matado, provocando el tema una gran expectación en el París de entreguerras. El juicio va trascurriendo, y en su desarrollo vamos conociendo los hechos y pequeños trazos de la vida de esta mujer.
      Una mujer mayor que conserva una gran belleza y juventud (atormentada por la pérdida de estos atributos), muy admirada por los hombres y envidiada por las mujeres, con una infancia triste, difícil relación con su hija a la que perderá en una situación dramática. Todo su empeño es no envejecer y ser eternamente admirada y deseada. Ella querría que el tiempo no pasara, pero su hija y su normal crecimiento y desarrollo de cada etapa, le va marcando los tiempos y el paso inexorable de este, por eso intenta mantenerla en un estado infantil continuo, hasta que la niña conoce a un joven y se enamora…, la madre les pide y exige que le dejen un poco mas de tiempo para disfrutar de su belleza y falsa juventud. Al final, la niña muere al dar a luz a un pequeño y débil bebé, y es la madre la que dispone que hacer con la criatura, por supuesto haciéndolo desaparecer de su vida, pues un nieto le haría aparecer como vieja. La vida sigue para ella igual de fiesta en fiesta y con su afán de ser admirada, pero el tiempo va haciendo estragos en esa belleza y en la juventud que tanto desea, y cada vez es menos admirada por estos atributos y sí por su dinero y su posición. Esta situación de pérdida la trastorna y es capaz de cualquier cosa que mantenga viva su obsesión por conservar la belleza y la juventud.

Opinión:
Mito de la eterna juventud. La novela es un canto a la obsesión por la eterna juventud y la belleza. 
Es una novela que se lee fácilmente, buena narración, bien medidos los tiempos, sencilla con frases cortas, muy buenas descripciones de los personajes, de las acciones y situaciones, tiene muchos diálogos que la hacen entretenida a la hora de leer, podríamos decir que es una novela ligera y fácil de leer aunque tiene mucho para meditar. Crea una sensación de drama y suspense que te mantiene enganchada hasta el final, que en realidad es como empezó el libro.
 
La autora:
La escritora Iréne Némirovsky era judía de origen ucraniano. La relación con su madre podría ser un reflejo en este libro. Hablaba varios idiomas, entre ellos el francés lengua en la que escribía sus novelas, victima del antisemitismo (llevó la estrella amarilla), en 1940 se le prohibió publicar, aunque sí seguía escribiendo. En 1942 fue arrestada y deportada a Auschwitz donde muró enferma, al poco tiempo su marido también fue arrestado, llevado a Auschwitz y asesinado en la cámara de gas.