A mí la novela, como todo lo que escribe Delibes, me ha parecido magnífica, conmovedora, pero qué dura. Todos los que hemos sufrido la pérdida de un ser querido (quien no), vamos rememorando, junto con él, esos terribles momentos. Volvemos a recordar el doloroso proceso de nuestro duelo a medida que el autor nos describe el suyo. Hermosa historia de amor y dolor descrita sobre el paisaje de un tiempo negro y gris, y donde el rojo vestido de la mujer del pintor, en cuadro pintado por otro, destaca, como su amor por ella, sobre cualquier circunstancia. Me ha gustado, pero repito: qué duro!
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