martes, 18 de diciembre de 2012

Encuentro con Guillermo Busutil


El pasado jueves, 13  de diciembre, tuvimos el encuentro  concertado con el escritor Guillermo Busutil, a propósito de su libro de relatos: Vidas prometidas. El encuentro tuvo lugar en la biblioteca Manuel Altolaguirre. A dicho encuentro asistimos ambos clubes; el de allí -local- y los que fuimos del nuestro –visitantes-.
Lo primero que he de destacar es que Guillermo es un hombre de trato afable y sencillo, y de palabra fluida. Sus respuestas fueron  extensas, pero interesantes y exactas, lo que convirtió el encuentro en un gran cúmulo de impresiones no solo sobre su libro, sino también sobre temas diversos relacionados con la literatura y la vida, o al revés, que tanto da.
Su libro gustó bastante a los lectores (lectoras en su mayoría), que intervinieron con preguntas y comentarios. Aunque a algunos de los lectores, que allí estábamos, no nos gustasen demasiado aquellos relatos que tienen final feliz, digamos que un poco forzado. Sobre este particular el autor puso luz al explicar- no lo destriparé- cómo había estructurado el final de todos los relatos.
Particularmente, me ha gustado mucho la profunda introspección en la condición humana que hace el autor (con independencia de la actuación de cada uno de sus personajes, hay que conocer mucho al ser humano para escribir, como escribe, sobre él). Asimismo, he disfrutado mucho de un autor que se toma su trabajo tan en serio como para documentarse  como lo ha hecho Guillermo. (Aunque esto parezca una perogrullada, en los tiempos que corren no lo es).
Cada una de las personas que intervinieron, y me imagino que todos los que leen un libro de relatos, tenían su texto favorito; pero mención aparte creo que merece el primero  del libro: Estrella sin ley. Relato un tanto diferente, en estilo y desarrollo- no en cuanto al fin-, a los demás. Este texto esta construido totalmente con el pulso narrativo y cinematográfico del western. Quizás cueste un poquito entender su estilo y desarrollo si no se fue un forofo de las “novelitas del oeste” y de Sergio Leonne y sus herederos.      
En fin, gracias a Guillermo por acercarnos las claves de su libro; y gracias al personal de la biblioteca Manuel Altolaguirre por su amable acogida.
 e me olvidaba: el autor, en la actualidad, no tiene gato. Aquellos curiosos que no sepáis el porqué de esta aclaración…, leed el libro.

ÉL, DE LUIS BUÑUEL.


Francisco camina en bata por el pasillo del tren un tanto nervioso. Abre la puerta de su compartimento y allí encuentra a su mujer, Gloria, con la que se acaba de casar, tumbada castamente en la alcoba, esperándolo. Es el momento soñado, la consumación de lo que él ha definido como un amor puro. Francisco se acerca a su mujer y le susurra palabras dulces. Ella cierra los ojos, arrobada. De repente, él se pone serio y le pregunta en quién está pensando. Gloria no puede creer lo que sucede ante sus ojos: su marido de pronto se ha convertido en un ser paranoico que cuestiona su fidelidad a través de sus pensamientos. Este es el punto de inflexión de esta obra maestra de Buñuel. Hasta el momento sólo nos ha mostrado pistas de la verdadera personalidad de Francisco, al que ha retratado como un galán y un perfecto caballero. 

En sus memorias, Buñuel, siempre humilde, declara que Él tenía como objetivo principal el retrato de un ser paranoico, pero Francisco es mucho más que eso. Para el crítico Paulo Antonio Paranaguá, autor de un estudio de la película:

"Él es a la vez "un perfecto caballero cristiano", como atestigua su padre espiritual; un aristócrata que desprecia a la humanidad, conflictivo, en juicio por un asunto importante (una herencia), un romántico capaz de exaltar el flechazo a sus comensales, celoso al extremo, en la medida en que se alimenta de sus propias obsesiones, patriarcal e infantil. (...) Él, el hombre que no conoció a otra mujer, como no sea su madre, permaneció prisionero del complejo de Edipo."

Buñuel también era un hombre de obsesiones y no la menor de ellas era la iglesia católica, que en esta película vuelve a aparecer como refugio de la burguesía biempensante. Francisco, como perfecto caballero cristiano, goza de una estimación intachable entre sus semejantes: asiste y participa en las ceremonias religiosas, ofrece veladas muy decorosas en su propia casa y, sobre todo, no es capaz de encontrar a su mujer ideal hasta que conoce a Gloria y el flechazo se produce (por supuesto, dentro de una iglesia). Gloria para él es el resumen de las virtudes cristianas: una muchacha de aspecto virginal, muy comedida en sus gestos y, sobre todo, muy sumisa. La perfecta esposa para él, que urdirá las intrigas que sean necesarias para que sea suya y, una vez que lo sea, comenzará para él la obsesión sobre su pasado, una mácula insoportable en su pureza. Pero hay también en Francisco sombras de homosexualidad reprimida (veáse su extraña relación con su criado), algo que sólo puede avivar su tormento interior.

Así pues, la identificación entre Gloria y la iglesia, en cuyo seno se ha criado Francisco (con una relación madre-hijo) es plena. Se conocen en una iglesia y en una iglesia tiene lugar el arrebato final de locura del protagonista, con una escena de lucha en el altar digna del cineasta aragonés. Parece increíble que Buñuel lograra rodar una película tan heterodoxa y personal con tan pocos medios, en una industria cinematográfica, la mexicana, que no estaba preparada para una película así: sólo duró dos semanas en cartel y la gente se reía de su trama, sin establecer significados más profundos. 

Ni que decir tiene que se trata de una de mis películas favoritas. Hay un detalle que nunca se me ha escapado en mis múltiples visionados: la perfecta dicción de todos los actores, algo que se ha perdido casi por completo en el cine español actual. Él no va a la zaga de cualquiera de las prestigiosas producciones de Hollywood de aquellos años. Y eso es un milagro que cabe atribuir al genio de Luis Buñuel.

sábado, 10 de noviembre de 2012

MIDDLESEX, DE JEFFREY EUGENIDES Y LA GRAN NOVELA AMERICANA.


Celebrar un club de lectura en torno a una novela de las características de esta, una extensa saga familiar que recorre casi un siglo de historia y en la que se tratan los temas más variados, resulta un ejercicio interesante que puede acabar derivando en discusiones sobre prácticamente cualquier cosa, ya que Middlesex, es una novela muy ambiciosa, en la línea de lo que se ha dado en llamar gran novela americana, un producto perfecto para alzarse con el premio Pulitzer.

La novela de Eugenides está escrita en primera persona por, digámoslo ya, un personaje muy peculiar: Caliópe, un hermafrodita vástago de una familia de origen griego. Precisamente la investigación acerca de su particularidad es lo que le lleva a escribir esta saga, una especie de autobiografía que abarca desde la historia de sus abuelos a la suya propia, dado que existen secretos familiares inconfesables que son causa directa de su hermafroditismo. Caliópe es casi un narrador omniscente, dado que conoce hasta los más íntimos pensamientos de los seres que describe y narra hechos (como el accidente de su padre) con todo detalle, pese a no haber estado presente en los mismos.

Lo más placentero para quien se acerca a Middlesex es encontrar varias novelas en una, como por ejemplo, la epopeya de los abuelos de la protagonista cuando escapan de una Esmirna asediada por el ejército turco, en un episodio histórico tan trágico como desconocido, la historia de la ciudad de Detroit, una de las partes del libro que más me han interesado personalmente, ya que es una urbe que, como el Ave Fénix, es capaz de resurgir continuamente de sus cenizas. Además, el lector puede seguir con la colección de episodios históricos poco conocidos: en este caso con la auténtica guerra civil que se vivió en Detroit en 1967, un hecho que se intentó minimizar en su día, pero que fue uno de los mayores toques de atención que recibió el gobierno estadounidense sobre el problema de la desigualdad racial.  La saga de la familia Stephanides recorre todo el siglo XX estadounidense: pasan por el despertar industrial norteamericano, por la Gran Depresión, por la Segunda Guerra Mundial, por la liberación sexual de los sesenta... Como buenos emigrantes, saben integrarse pronto en las costumbres de su nuevo país y prosperar según las leyes económicos del mismo. Los Stephanides viven su peculiar sueño americano sin añorar excesivamente su lugar de origen, una Europa que representa un lugar de conflicto, frente a las oportunidades que les ofrece la tierra prometida. 

Pero sería injusto acabar este artículo sin lanzar una mirada un poco más profunda sobre la protagonista ¿o cabría decir el protagonista? Como nadie ha advertido en su infancia la peculiaridad de su confusa identidad sexual, la difícil tarea de definirse le corresponde a ella misma. Educada como niña, Caliópe se siente un bicho raro a partir de la adolescencia, cuando es plenamente consciente de que no es igual que las demás. Cuando por fin sus padres la llevan a un especialista, descubre horrorizada que es definida por éste más como un sujeto a estudiar que como una persona a ayudar, por lo que emprenderá una huida en la que finalmente sabrá aceptarse a sí misma como lo que es: un hermafrodita, un ser muy especial, con características de los dos sexos, pero no tan único como pudiera parecer al principio. Además, y esto es lo más importante, es alguien que no necesita intervenciones quirúrgicas ni nada parecido para tener una vida plena. 

Quizá en la novela de Eugenides hay una desproporción entre la saga familiar y la vida íntima de la protagonista, que debería desarrollarse con algo más de profundidad. En todo caso, Middlesex es una novela muy bien escrita, larga, ambiciosa y con los suficientes elementos como para encandilar a todo tipo de lectores, ya que en la variedad está su secreto.

domingo, 28 de octubre de 2012

MARÍA, LLENA ERES DE GRACIA. HISTORIA DE UNA VÍCTIMA.


Para las reuniones de debate de cine intento que las películas elegidas posean dos características: calidad y una temática que de lugar a un debate interesante. El siempre polémico asunto de las drogas no está exento de buenas representaciones cinematográficas. Para la ocasión estuve a punto de elegir la espléndida "Traffic" de Steven Soderbergh, pero me dí cuenta de que funcionaría mejor una visión más íntima del problema, antes que la panorámica general que ofrece el film de Soderbergh, por lo que me acordé de este drama firmado por Joshua Marston, que recibió varios prestigiosos premios internacionales y que a la vez es una propuesta sólida y valiente a la hora de abordar el asunto.

"María llena eres de gracia" cuenta la historia de María, una joven que sobrevive en una pequeña ciudad colombiana sin muchas perspectivas de futuro. Trabaja en una cadena de montaje preparando flores para su venta, una labor donde es tratada más como un objeto que como una persona. En un arranque de dignidad, decide dejar el oficio, ante el escándalo de su madre y su hermana, ya que su sueldo es uno de los sustentos de la precaria economía familiar. Además, María acaba de conocer que se ha quedado embarazada. Afrontar su difícil situación requiere una arriesgada apuesta a todo o nada: acepta la propuesta de pasar droga a Estados Unidos utilizando su cuerpo como depósito de la mercancía.

El procedimiento para transportar la droga es simple: debe tragar todos los paquetitos (llamados pepas en la jerga del narcotráfico) que su estómago sea capaz de soportar y aguantar un vuelo de varias angustiosas horas con permanentes ganas de ir al baño. Una vez en el avión advierte que le acompañan otras tres mulas. A cada una de ellas le está reservado uno de los destinos posibles a la llegada al aeropuerto de Nueva York: una pasa sin problemas el control aduanero, la siguiente también, aunque uno de los paquetes que lleva en las entrañas se abre y terminará muriendo en una terrible agonía, la tercera es capturada por la policía y ella misma es detenida, pero se libra de la prueba de rayos-X por encontrarse embarazada.

Una de las preguntas que planteé en el debate ¿merecería María ir a la cárcel si fuera descubierta? A los ojos de la ley, es una delincuente que intenta introducir sustancias letales en los Estados Unidos. A los ojos del espectador no es más que una víctima cuya vida es un callejón cuya única salida es el arriesgado viaje en el que se ve envuelta. A pesar de la dureza de la historia, su crudeza se ve atenuada por una especie de piedad que siente el director por su criatura, a la que hace avanzar en el relato como si gozara de una especie de protección divina. En realidad el destino final de María es muy incierto: se libra de los problemas más acuciantes, pero no sabemos si será capaz de afrontar una nueva vida en un país desconocido siendo una inmigrante ilegal.

¿Cuantas víctimas inocentes produce al año el problema de la droga? Sólo tenemos que posar nuestros ojos en México para estremecernos de horror. Pero también hay noticias esperanzadoras: en un arrebato de cordura, el presidente de Uruguay pretende legalizar el cannabis bajo control estatal. Poco a poco se abren paso soluciones alternativas a la prohibición absoluta que solo engendra muertes, violencia y poder para unas mafias que a veces son capaces de superar en un enfrentamiento a los ejércitos estatales. Recomiendo, para quien esté interesado en profundizar en este tema la lectura de "La solución", de Araceli Manjón Cabeza.

jueves, 11 de octubre de 2012

ENCUENTRO DE CLUBES DE LECTURA CON MATILDE ASENSI

Foto de MALAGA HOY
ENCUENTRO CON MATILDE ASENSI

Ayer día 10,  miércoles,  a las 18,30 horas en el teatro Cánovas tuvimos un encuentro con la escritora Matilde Asensi.
A mí personalmente me encantó la presentación del último libro de su trilogía, La conjura de Cortés. He ido a otros encuentros o presentaciones de libros y a veces son bastante aburridos. Este, por el contrario fue realmente entretenido y además me pareció una persona cultísima, aunque en ciertos momentos yo no coincidía con ella en sus apreciaciones.
Yo siempre digo que de acuerdo que leas es la tendencia que adoptas. Por ejemplo, ella comentó que cuando los españoles conquistaron América, de acuerdo a la historia que siempre nos han contado en la enseñanza que nos han impartido, siempre se referían a los españoles como los malos de la película. Se dice en Latinoamérica en general que el peor genocidio que se cometió en el mundo lo llevaron a cabo los españoles, incluso por encima del genocidio judío. Y que las pestes y la bebida fue obra de los conquistadores españoles, pero según la escritora y de acuerdo a las fuentes que ella consultó esto no fue así.
Se refirió la trilogía que escribió y que (según ella) nunca mas volverá a hacerlo porque esto fue un gran esfuerzo que casi le cuesta la salud. Así que seguramente la leeremos más adelante en algo más que una novela histórica.
Gracias Matilde Asensio por dejarme participar en este encuentro.
CECILIA SALOMÓN

lunes, 8 de octubre de 2012

Herminia Luque: "Bitácora de Poseidón". Encuentro con la autora


El autor pide disculpas por la mala calidad
del único testimonio gráfico del evento
 "El pasado viernes 5 de Octubre tuvimos el privilegio de que la escritora Hermina Luque acudiera al club de lectura de la biblioteca "Cristobal Cuevas", con motivo de la lectura en común de su novela "Bitácora de Poseidón".
Resultó una oportunidad para constatar la cierta distancia que existe entre el "lector común" y la intensa vivencia de una autora que se implica intelectual y emocionalmente con la creación de unos personajes y unos entornos de ficción no conformistas. La novela es compleja, densa e incluso difícil (aunque no es larga), y al "lector común" no le resulta atractiva porque le exige un esfuerzo que no está acostumbrado a realizar. Es curioso que nos esforcemos más cuando se procede a la lectura de un libro que ha recibido premios y reconocimiento crítico. Para el "lector común", leer a Le Clezio o a Peter Handke no es más gratificante que los densos e incisivos párrafos de "Bitácora de Poseidón", pero el coleccionismo y cierta presunción hace que seamos más tolerantes con nuestras propias limitaciones en el caso de autores conocidos.
Menos mal que siempre podemos consolarnos con un Vargas Llosa o un Muñoz Molina que no nos exigen tales dilemas...
Aparte de la superioridad intelectual y me atrevería a decir que la superioridad sensitiva de Herminia Luque como autora, ¿qué nos queda de la lectura de "Bitácora de Poseidón"? Ambientada la novela en un entorno convencional, en ella tenemos a un personaje en apariencia extravagante cuyo aislamiento  del mundo implica un rechazo a los convencionalismos que va más allá de la mera sátira, pues, en el odio al mar - símbolo de grandiosa belleza- que manifiesta, podría haber significaciones mucho más profundas, y para llegar a tales significaciones, el lector necesita llevar a cabo un cierto ejercicio de abstracción que la autora nos invita que ejecutemos durante y después de la lectura. Y si no lo hacemos podríamos perdernos algo importante no sólo en nuestra formación como lectores, sino quizá también en el desarrollo de nuestra propia humanidad.
Aunque la señora Luque aceptó con simpatía nuestra decepción, nos ilustró sobradamente de que lo valioso para el escritor no es ni llegar al gran público ni tampoco conseguir pelas ni honores, sino expresarse con autenticidad y rigor acerca de las cosas que en verdad la conmueven y que a todos podrían llegar a conmovernos, nos demos cuenta de ello ahora o más tarde."  Francisco Martín

viernes, 5 de octubre de 2012

MODOFORMA DE ADEREHACER LA PORRA ANTEQUERANA

El  sábado 22 de septiembre, en la Sala Modernícolas,  tuvo lugar la entrega de premios del 1º Concurso de Microcuentos con Humor Adoz. La convocatoria se hizo a través de Facebook y entre las participantes del "evento" estaba Amor de Pablo, socia fundadora de la  asociación de amigos de esta biblioteca. No fue ninguna sorpresa que le dieran el 2º premio, “y una jirafa”, como ella recalca. Lo de la jirafa ha prometido explicarlo. De momento nos deja su relato y nos dice:  “¡Total, que me lo pasé muy bien a pesar de la vergüenza del comienzo!” y “Besitos emocionados pa tós ustedes.”


   

MODOFORMA DE ADEREHACER LA PORRA ANTEQUERANA

Autor: Ella Misma

Se coge pan que no esté pétreochicloso de la jornidía que precede a la jornidía de hoy, se desmontamiga y se remocala con un justipoco de agua.
Aparte se pelidesnudan los tomates, procurando que no haya testigos, ya que, los tomates son muy vergonzosos (nótese el color que tienen).
Se adisuman dos dientajos oronchitos o más, (al gusto de la emanapeste consecupiente que se quiera obtener), se juntan con el pan remocalado y los tomates en el aparato mareatodo y se triturizan bien hasta que quede una argamapasta prietoespesa.
Se añadiza sodiocristal, ni puñipizca ni pizquipuñera (no confundir con pizquipuñetera: dícese del que es un justipoco molesto), cuatro cuantimedidas cuchariles de vinácido y se tornivuelve a mareogirar.
Se va añadiciendo jugaceite hasta consecutir que trabaliguen bien pan, tomates, dientajos, vinácido y sodiocristal, o lo que es simigual, todos los compogredientes (esto lo añadizo para que se vea lo cursileída que es una).
Se perpecontinúa mareogirando; cuando la argamapasta coja un pigmentocolorido gualdamandarina, se probariza y se rectifiquienda de sodiocristal si es necesariudo.
Se desampara en la enfríatodo dos o tres cuantimedidas de una jornidía, (entendiendo que la jornidía tiene venticuatro cuantimedidas).
Se sirve en tazicuencos la argamapasta glacifresquita, adornadiéndola con óvulogallinoso cocido o cuantimedidas de patagorrino treveleño o jabugotero o bonitotunero desmontamigado por separado. O todo junto, dependiendo del vorazapetito o pocavergüenza de los convimensales.