El pasado día 30 de noviembre tuvimos encuentro, en la casa natal de Picasso, con este autor. Dicho encuentro, promocionado por la Fundación Picasso , tenia como obra, que debe tratar sobre el pintor o su mundo, El anorak de Picasso. Basado en una anécdota personal que, ¿sucedió?, entre el padre del autor y el genio malagueño.
Superados los comentarios sobre la obra que daba titulo a la reunión, fuimos tres de los clubes de lectura de Málaga, y tras una breve introducción autobiográfica de Garriga, este dio paso a las preguntas de los lectores. En realidad no fueron muchas las preguntas y no porque hubiese el menor síntoma de “hielo” por parte de los asistentes. Garriga no dio la mínima oportunidad a la inhibición. Con respuestas claras, sencillas, cercanas al lenguaje coloquial – nada de rollo y teoría literaria – y, sobre todo, divertidas, cautivó a los lectores que allí estábamos.
No hubo muchas preguntas porque el autor, además de contestar a cada pregunta concreta, unía a su respuesta otras anécdotas, casi todas divertidas. Las carcajadas sonaron en más de una ocasión.
De estas anécdotas unas pertenecían o eran sobre su obra. Como cuando cuenta su ajuste de cuentas, en una de sus novelas, con el profesor religioso que le inculcó – o por lo menos lo intentó – e l temor al demonio del pecado de la carne. Otras personales: aquella vez que fue ha hacer una lectura literaria al colegio de un pueblo y al oír la palabra “lectura” lo condujeron al cuarto de contadores para que anotase el consumo.
En fin, pequeñas historias que reflejadas en su obra o no, pertenecen al universo del autor.
Como escritor no usa método, salvo escribir y escribir.
En cuanto a sus referentes literarios, dijo no tener autores en concreto y si afición a muchos. Citó a algunos de sus amigos, grandes casi todos en la literatura actual.
Personalmente me llamo la atención su referencia, como antiguo lector, a autores sino faltos de humor, que no lo eran, si de prosa tan adusta como Samuel Beckett o Joice. También nombró al gran señor de las letras anglosajonas actuales, Y. Banville.
Un rato muy agradable por el que damos las gracias a J. Antonio Garriga. También nuestro agradecimiento a la Fundación Picasso por invitarnos, un año más.
Fué un encuentro inolvidable. Me entraron muchas ganas de leer Muntaner, 38 y El vendedor de rosas, así que estoy disfrutando de estas dos joyas de Garriga que son dificil de encontrar, como no sea en las bibliotecas de barrio.
ResponderEliminarAbrazos
L;)