lunes, 8 de octubre de 2012

Herminia Luque: "Bitácora de Poseidón". Encuentro con la autora


El autor pide disculpas por la mala calidad
del único testimonio gráfico del evento
 "El pasado viernes 5 de Octubre tuvimos el privilegio de que la escritora Hermina Luque acudiera al club de lectura de la biblioteca "Cristobal Cuevas", con motivo de la lectura en común de su novela "Bitácora de Poseidón".
Resultó una oportunidad para constatar la cierta distancia que existe entre el "lector común" y la intensa vivencia de una autora que se implica intelectual y emocionalmente con la creación de unos personajes y unos entornos de ficción no conformistas. La novela es compleja, densa e incluso difícil (aunque no es larga), y al "lector común" no le resulta atractiva porque le exige un esfuerzo que no está acostumbrado a realizar. Es curioso que nos esforcemos más cuando se procede a la lectura de un libro que ha recibido premios y reconocimiento crítico. Para el "lector común", leer a Le Clezio o a Peter Handke no es más gratificante que los densos e incisivos párrafos de "Bitácora de Poseidón", pero el coleccionismo y cierta presunción hace que seamos más tolerantes con nuestras propias limitaciones en el caso de autores conocidos.
Menos mal que siempre podemos consolarnos con un Vargas Llosa o un Muñoz Molina que no nos exigen tales dilemas...
Aparte de la superioridad intelectual y me atrevería a decir que la superioridad sensitiva de Herminia Luque como autora, ¿qué nos queda de la lectura de "Bitácora de Poseidón"? Ambientada la novela en un entorno convencional, en ella tenemos a un personaje en apariencia extravagante cuyo aislamiento  del mundo implica un rechazo a los convencionalismos que va más allá de la mera sátira, pues, en el odio al mar - símbolo de grandiosa belleza- que manifiesta, podría haber significaciones mucho más profundas, y para llegar a tales significaciones, el lector necesita llevar a cabo un cierto ejercicio de abstracción que la autora nos invita que ejecutemos durante y después de la lectura. Y si no lo hacemos podríamos perdernos algo importante no sólo en nuestra formación como lectores, sino quizá también en el desarrollo de nuestra propia humanidad.
Aunque la señora Luque aceptó con simpatía nuestra decepción, nos ilustró sobradamente de que lo valioso para el escritor no es ni llegar al gran público ni tampoco conseguir pelas ni honores, sino expresarse con autenticidad y rigor acerca de las cosas que en verdad la conmueven y que a todos podrían llegar a conmovernos, nos demos cuenta de ello ahora o más tarde."  Francisco Martín

1 comentario:

  1. Hola Francisco, que buen comentario sobre el encuentro con el libro su autora. No tuve ocasión de leer lo, solo hojearlo: unas páginas al comienzo otras páginas al final. Y con ese poquito ya me pareció que la forma de expresión y lo narrado era original y valiente.
    El protagonista, se muestra desde el principio un tipo duro, masculino y raro, ¿cómo no puede sentirse fascinado por el mar? Algo que solo los que no lo conocen pueden ignorar. Pero en las últimas páginas se muestra muy sensible casi femenino, creo que él mismo reconoce, “cambiado”, agradecido a su pareja. Esa contradicción entre el comienzo y el final, además del lenguaje es lo hizo quedarme enganchada, y con tu comentario doblemente atraída. Gracias
    Matilde Márin

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