domingo, 4 de agosto de 2013

El Tiburón se baña, pero salpica.




TRILOGIA SUCIA DE LA HABANA de Pedro Juan Gutiérrez. Edt Anagrama
                 Libro de relatos cuyas historias transcurren durante los años más duros del llamado  Periodo Especial cubano. Tras la caída del Bloque Socialista, Cuba deja de recibir materias primas como el petróleo, y maquinaria de la URSS.  Con el bloqueo económico de EEUU, no puede abastecerse. ¿Qué tenemos? hambre, escasez de servicios (cortes en el suministro de agua durante días), hacinamiento, falta de higiene (el jabón es un artículo de lujo). Este ambiente de miseria es lo que Pedro Juan Gutiérrez utiliza como materia literaria, jugando a exhibirse y dejando al lector el papel de mirón.
Utiliza el artificio en algunos relatos, de hacerlos autobiográficos, compartiendo su nombre, su anterior profesión, la de periodista, los diferentes oficios que  inventa para sobrevivir,  su afición a escribir; hasta le hace vivir en su misma casa, situada en la azotea de un antiguo edificio de Centro Habana. Así acorta la distancia emocional  con el lector; ya no sólo miramos sino que olemos, nos enfangamos y digerimos la miseria. “Atiendan cuidadosamente y cúbranse la nariz. Voy a picar las tripas. Les advierto que saldrá mucha mierda. Y apesta. Para quienes no lo sepan: la mierda apesta “( pág 210)
 Para Gutiérrez ser escritor es ser un “revolcador de mierda”……”Solo un arte irritado, indecente, violento, grosero, puede mostrarnos la otra cara del mundo, la que nunca vemos o no  queremos ver para evitarle molestias a nuestra conciencia.”(pág 105) De alguna forma sus relatos me recuerdan (salvando las diferencias) a los esperpentos de Valle Inclán o a algunos grabados de Goya como: los “Caprichos” y “Los Desastres de la Guerra”. Porque deforman la realidad para mostrarla a través de los espejos en los que nos miramos. El hacerse pasar en sus relatos por protagonista es la forma de narrar el reflejo de su realidad
Orgulloso de su mestizaje, el autor juega con el idioma y con el sexo, sin complejos y sin pudor. El sexo es lo más socorrido que se tiene cuando se carece de casi todo. Y en el barrio donde vive, cerca de la antigua zona de prostíbulos de Centro Habana siempre se le sacó mucho partido. En sus relatos hay tanto sexo, que ya es lo de menos, lo que se agradece es la  celebración de vida que transpiran.
“En definitiva, así es como uno vive: por pedacitos, empatando cada pedacito, cada hora, cada día, cada etapa, empatando a la gente de aquí y de allá dentro de uno. Y así uno arma la vida como un rompecabezas”…..”Siempre he vivido como si yo fuera interminable. Quiero decir que destruyo y rehago todo continuamente”
Trilogía sucia de La Habana no es una novela, son tres libros de relatos y cada uno de ellos es un trocito de vida, un intento de supervivencia  en un mar revuelto.
Matilde Marín
Nota: el título de esta entrada es un dicho cubano que emplea el autor similar al español “Rio revuelto, ganancia de pescadores”



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