Encuentro con la escritora Isabel Bono; como motivo principal, comentar su novela Una casa
en Bleturge.
Por Francisco Torres Domínguez
Aunque con un torbellino como Isabel hablar de un solo tema es, afortunadamente, casi imposible. Hablamos, como no, de su novela pero también de arte y artistas, de poesía, de música, de escritura de todo, en fin, lo que a ella y a nosotros se nos ocurrió y lo pasamos como niños pequeños mostrando sus juguetes preferidos.
Por Francisco Torres Domínguez
ISABEL y su admirado SAMUEL |
Aunque con un torbellino como Isabel hablar de un solo tema es, afortunadamente, casi imposible. Hablamos, como no, de su novela pero también de arte y artistas, de poesía, de música, de escritura de todo, en fin, lo que a ella y a nosotros se nos ocurrió y lo pasamos como niños pequeños mostrando sus juguetes preferidos.
No me extenderé hablando
sobre Isabel, ya lo ha hecho, y muy bien, Asunción en su reseña.
Lo que sí diré es que es
una persona de lo más cercana y de una jovialidad y humor sorprendentes.
Su novela, en la visión de este lector:
Lo personajes de Una casa en
Bleturge, padre madre e hija, han perdido
la capacidad de amar. Esta pérdida la ha provocado un hecho tan luctuoso como es la pérdida de un hijo, en el
caso de los padres, y un
hermano pequeño, en el
caso de la hija.
La autora instala a sus personajes en el
dolor y no los mueve de ahí. Pero el
dolor, como todo, evoluciona y con el
paso de los años se convierte más en un reproche a la vida misma y, por ende,
a quien se tiene más cerca.
Los tres viven
en el dolor, o en lo que ha quedado de él, vale; pero
nadie puede tener todo el tiempo en su cabeza una sola emoción, por fuerte que sea ésta.
El detalle significativo, ver dónde otros
no ven o escuchan nada, o ven solo
lo evidente, es lo que da valor y emoción al día
a día, como si de un buen texto se tratase.
Ella, la madre, no puede, aunque
quiera, negar esa capacidad de ver de oír de sentir: la vida es lo que pasa fuera de nosotros. (Aunque
cada vez haya menos personas que sepan
mirar algo que no sea
una pantallita, pero esa
es otra historia). Como nos afecta este paso, es lo que tenemos
en la cabeza.
La narración nos muestra que el personaje principal no puede dejarse ir, como hacen los otros dos personajes, en modo automático o, por el contrario, solo centrados en sí mismos.
La narración nos muestra que el personaje principal no puede dejarse ir, como hacen los otros dos personajes, en modo automático o, por el contrario, solo centrados en sí mismos.
La autora nos va contando
-más bien mostrando, cómo hacen los buenos
narradores- cómo ha evolucionado la forma
de ver la vida de su personaje,
condicionada por algo tan insuperable como es la pérdida de un hijo.
Pero esta mujer, esta madre, también nos dice que sigue viva y despierta, y nos va contando,
como hacen todas
las personas que saben
mirar y escuchar (no son tantas,
no crean), la vida que pasa junto a ella: la anécdota, el
detalle, las conversaciones ajenas; todo, esas cosas a las que no puede,
ni quiere, negar sus sentidos
y entendimiento y que la siguen,
también y aunque sea a su
pesar, conformando como persona.
Esta mujer, que no puede dejar pasar la vida sin implicarse, tiene sueños, como todos. Aunque en su caso sea solo uno: romper con todo, marcharse, tener una casa en Bleturge, allí donde todo sera mirado como nuevo; donde nada ni nadie le recuerden su vida pasada, su dolor.
Esta mujer, que no puede dejar pasar la vida sin implicarse, tiene sueños, como todos. Aunque en su caso sea solo uno: romper con todo, marcharse, tener una casa en Bleturge, allí donde todo sera mirado como nuevo; donde nada ni nadie le recuerden su vida pasada, su dolor.
Así he visto yo esta
novela, centrándome, en esta
reseña, en su personaje principal, la
madre, en su dolor por la pérdida del hijo y en sus vivencias
que a pesar de todo
las sigue teniendo.
Si quieren saber cómo la ven
ustedes, léanla. Merece el esfuerzo.
Querido compañero:
ResponderEliminarHas hecho una reseña completa, directa, clara. Me ha encantado.
Gracias por nombrarme en ella.
Un abrazo
Siendo las dos reseñas del mismo libro, cada una es particular y con un estilo propio. La novela le deja tanto a la complicidad del lector, que os ha permitido luciros en vuestras aportaciones. Da gusto compartir con vosotros la lectura
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