jueves, 13 de septiembre de 2012

Lecturas que no dejan indiferente

        A propósito del comentario de Orion a la entrada anterior, resulta, y seguramente no sea casual, que recientemente un lector en la biblioteca me recomendó la “Trilogía sucia de la Habana” de Pedro Juan Gutiérrez., un autor que hasta ahora me era desconocido.
       La cita y el tema en cuestión, en torno al lenguaje políticamente incorrecto en la novela, me trae a la memoria la lectura de la obra del joven escritor Daniel Barredo, “Un viaje a Budapest”,  Premio Andalucía Joven de Narrativa 2011, de cuya presentación en Málaga pude disfrutar el pasado mes de junio.
      Es un libro a la vez rebelde y sentimental, según la dedicatoria que el propio autor me dejó manuscrita. Yo añadiría que es un viaje intrincado y tortuoso (no precisamente un circuito turístico) hacia los sueños incumplidos,  por superar la siempre presente tentación de la desesperación, a la que el autor y su personaje se enfrentan con una narración llena de provocaciones a la mente biempensante del lector.        
      Además deja unas ganas tremendas de conocer Budapest. Y cuando lo haga sé que buscaré los rostros de Livia y de Daniel, en torno a los contenedores o sentados al sol en la Isla Margarita ocupados en sus trabajos artesanales.
       Un saludo, Orion,  y nos seguimos viendo. Pepe de la Torre


3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me ha picado la curiosidad tu nuevo post y ya tengo ganas de leer "El viaje a Budapest".

    Alguna que otra vez, al terminar la lectura de una novela, también he sentido inquietud por conocer el ambiente y los sitios que conforman el escenario donde se desarrolla la trama e interactúan los personajes.

    Recuerdo cuando me recomendaste "El anorak de Picasso" y "Muntaner 38", ambos de José Antonio Garriga Vela. Luego siguieron: "Pacífico", "El vendedor de Rosas" y "Los que no están". Mi preferida es el "Vendedor de Rosas". Reconozco que soy un poco obsesivo con la literatura y cuando encuentro un autor que me gusta, busco y rebusco hasta leer cuanto de él se ha publicado. Así hice con Juan José Millas, Antonio Soler, Roberto Bolaño, Saramago, Vargas Llosa, Sara Mesa, Cristina Cerrada, Pedro Juan Gutiérrez, Guillermo Saccomanno…

    He estado en Barcelona en muchas ocasiones, casi siempre por trabajo. La última vez que visité la Ciudad Condal busqué la calle Muntaner y paseé por ella, deteniéndome en el número 38 y en algunos locales con solera que la adornan y embellecen, como: El bar Velódromo, la famacia Enrich...

    Con Antonio Soler me pasó algo parecido, pero a la inversa, es decir, lugares muy conocidos por mí que, un buen día, los encuentro entre las páginas de una novela. La lectura de “Las bailarinas muertas” y “El camino de los ingleses”, me fue muy grata porque en ambos libros aparece la Málaga de mi infancia y adolescencia: La Plaza de Basconia, El cine Cayri, Eugenio Gross, los campos 21: un solar terrizo y vallado, donde yo jugaba al fútbol de pequeño y que, como dice el narrador de “Las bailarinas muertas, nadie sabía a ciencia cierta por qué se llamaba así.

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  3. ¡Saludos! Nos vemos por la biblioteca :)
    Juan Carlos

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