Hacer un reseña de este libro de Emilio Bueso no es
fácil. Considerado como nuevo referente imprescindible de la ciencia ficción este autor, ingeniero de profesión, compagina su trabajo científico con una fecunda
y variada actividad literaria.
Saltándose muchos de los
cánones establecidos, y siempre de forma intencionada y calculada, busca a un
público atrevido, inconformista, que acepte sus originalidades y desvaríos
imprevistos, y que no le exija una exquisita pureza literaria. Lo que para
algunos puedes suponer una genialidad, para otros puede romper el hilo del
relato. Pero él tiene claro que no merece la pena escribir si no es
divirtiéndose con su propio estilo.
“Esta noche arderá el cielo” nos
traslada a un escenario muy evocador, el inhóspito bosque boreal canadiense, la
Taiga. Vastos territorios deshabitados atravesados
por una pista no
asfaltada de setecientos kilómetros, que cruza los impresionantes paisajes del
norte de la provincia de Quebec: la Trans-Taiga Road, una
carretera que, en realidad, no lleva a ninguna parte. Este decorado es uno de
los grandes atractivos del relato.
Otro de los ingredientes es el referente a los personajes,
también muy sugerentes. Por un lado el reencuentro de una singular pareja de
moteros que intenta reiniciar un romance bruscamente interrumpido hace una
década, y lo hace repitiendo una de sus largas aventuras de antaño sobre el
asfalto. Por otro lado, un padre y su hijo preadolescente, damnificados por un
núcleo familiar fraccionado, que buscan
reforzar su vínculo compartiendo una experiencia de observación astronómica
inolvidable. Y completa el elenco la población nativa, los indios cree, a los
que posiblemente no se les hace mucha justicia al interpretar el pernicioso
papel que se les asigna.
Otros mimbres son un ritmo intermitentemente frenético,
con flashback “para dar aire a una
tensa situación o para dimensionar en un momento dado al algún personaje”,
juegos de palabras, cabriolas lingüísticas,
episodios marginales, ocurrencias, coñas e incluso salidas de tono para
hacer un guiño al lector. ¿Cómo defiende el autor todas estas componendes? Para
él es cocinar sin la olla a presión, es intercalar visceralidad huyendo de una
escritura hieráticas...., es disfrutar de su oficio.
Y todo aliñado con una extensa labor de
documentación, geográfica y
astronómica, que le da profundidad al relato, y que contrasta con la hilaridad
que pudiera suponerse por el análisis anterior.
Los que no somos adictos a la
ciencia ficción hemos podido comprobar que tiene mucho de transgénero: utopía,
terror, aventura, ... Y en este caso western, ya que se nos ofrecen terrenos
colonizados, territorios sin ley, bandidos amenazantes, y aventureros mediocres que
terminan convirtiéndose en héroes.
Pepe de la Torre
He de decir que el libro en cuestión no lo terminé porque el tema de ciencia ficción no me seduce, pero quería conocer la opinión de mis compañeros que sí lo habían leído y como lo planteaba el autor, así que las intervenciones me parecieron muy interesantes , aceptó las críticas con normalidad incluso con alguna sonrisa ya que dejó bien claro que el había escrito lo que quería, y contó varias anécdotas de presentaciones anteriores donde algunos hasta se enfadaban con él por como había resuelto su libro, lo que sí es cierto que no dejó indiferente a nadie, mereció la pena su intervención es un autor de mente clara y ágil , y quizás me anime a leer algún libro suyo siempre que no sea de ciencia ficción.
ResponderEliminarComo ya dije en petit comité, a mi no me convenció. El libro no me gustó y el autor tampoco demasiado. No sé si "Cenital" estará mejor que éste, desde mi punto de vista "Esta noche arderá el cielo" no me resultó nada interesante
ResponderEliminar