miércoles, 14 de marzo de 2012

"EL LECTOR" Y EL PROBLEMA DE LA CULPA.


He esperado a leerme el ensayo de Karl Jaspers que se menciona en la película para realizar este pequeño comentario acerca del debate que mantuvimos en la última sesión de cine y literatura. A mí el libro me gustó bastante, pero su versión cinematográfica me fascinó, quizá porque está protagonizada por dos de mis actores favoritos en la actualidad y además el gran Bruno Ganz (curiosamente, el Hitler de "El hundimiento") realiza un estupendo papel secundario como el profesor que orienta a Michael por los procelosos mares que condenan a todo un pueblo como culpable de crímenes inimaginables.

La Segunda Guerra Mundial no fue una guerra como las demás. Por primera vez el número de víctimas civiles fue mayor que el de militares. Los nazis elaboraron un detallado plan de exterminio de lo que consideraban razas inferiores en lo que se considera el mayor genocidio de la historia. Tan insólitos fueron sus crímenes que cuando se constituyó el tribunal de Nuremberg que juzgaría a los principales dirigentes alemanes, los Aliados se encontraron con el problema de que muchos de los delitos que se atribuían a los acusados no se encontraban codificados en el momento de ser cometidos. Uno de los principio fundamentales del derecho penal es "nulla poena sine lege", es decir, la irretroactividad de las normas de derecho criminal. La solución que se adoptó fue salomónica: se haría uso del derecho natural, de lo que se cree comúnmente que es justo, porque tan enormes crímenes no debían quedar sin castigo.

¿Cómo afrontó el pueblo alemán el descubrimiento de que no sólo habían perdido la guerra, sino que el mundo entero les señalaba como una nación agresora y genocida? Casi todos decían no saber nada, no haber colaborado. Simplemente se habían plegado a la realidad del momento y habían seguido su vida sin hacerse demasiadas preguntas. No obstante, recientes estudios de historiadores demuestran que el nivel de colaboración de los alemanes corrientes fue mucho mayor de lo que se creía. Ciertamente, no era posible llevar a cabo tamaño genocidio sin la ayuda de cientos de miles de personas que, directa o indirectamente, ayudaban a que eso fuera posible.

Muchos alemanes se quejaban de ser acusados de genocidas, cuando ellos habían sufrido las consecuencias de la guerra: habían perdido a sus seres queridos y habían perdido sus casas en los salvajes bombardeos que destruyeron gran parte de las ciudades alemanas. Ahora, lo que menos podían entender es que además tuvieran que soportar ese estigma. En aquella época, cuando todavía las ruinas estaban humeantes, Karl Jaspers se constituyó en una especie de voz de la conciencia alemana y pidió a sus conciudadanos que asumieran su culpa, en el grado que les correspondiera.

"El lector" refleja el ferviente deseo de muchos alemanes: poder usar a chivos expiatorios que soporten la culpa de todo un pueblo. En este sentido, el comportamiento de Hanna es honesto: ella asume sus propias acciones y trata de explicárselas (no tanto al tribunal como a sí misma) como una consecuencia del signo de los tiempos: para ella obedecer órdenes y hacerse responsable de su cumplimiento era la actitud natural. Era lo que le habían enseñado y lo asumía sin fisuras. Para nuestra reflexión queda la terrible pregunta que le lanza al juez: ¿Qué hubiera hecho usted en mi lugar? Es una pregunta que todos deberíamos hacernos, por muy incómodas que puedan ser las respuestas.

Miguel Ángel.

3 comentarios:

  1. Hola Miguel Ángel: Creo que haces en poco espacio un buen resumen de la complejidad del debate que tuvimos en torno a la película. Y además has añadido el contenido del libro de Jaspers que salió a colación, y que nos atrevimos a pensar que no estuviera traducido, cuando lo teníamos en la misma biblioteca.

    Haces una valoración positiva de Hanna, en tanto que tiene la “honestidad” de reconocer su actuación. En mi modesta opinión es la interpretación menos convincente de la película, por la excesiva frialdad exterior y la total ausencia de un mínimo cuestionamiento interior.

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  2. Pues te recomiendo la lectura del libro de Jaspers, es el complemento perfecto a los temas que trata la película. Respecto a la actriz principal, es verdad que está un poco inexpresiva, pero en su descargo hay que decir que tampoco la Hanna del libro era una mujer dada a mostrar sus sentimientos.

    Saludos.

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  3. El tiempo no pasa, ya lo decía algún científico antes de descubrir internet... así que vamos a intervenir en el debate y decir que la inexpresividada de Hanna no es tal (opinión!), debido sobre todo a que, como analfabeta y perseguida social, poco puede expresar mejor de lo que expresa... la contención es una forma de expresión...

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